Materialismo dialéctico

La cualidad más primordial de la materia es el movimiento. Para el materialismo dialéctico no puede haber materia sin movimiento, como tampoco puede haber movimiento sin una esencia material. El concepto de movimiento no debe pensarse en un sentido mecánico, sino además, como toda una transformación. Acompañando a la condición de movimiento mecánico, el materialismo dialéctico reconoce otros modos de movimiento como el físico, químico, biológico y social. La materia, pues, se halla en un proceso eterno. El materialismo dialéctico no entiende este proceso como cíclico, sino como evolución superior, i.e., diferenciando como superior no en el sentido de moral, sino en el de calidades ontológicas del ser. La determinación de los distintos niveles de realidad es el asunto axiomático, dónde el materialismo dialéctico se separa del mecanicismo. Cuando en el mecanicismo hay una tentativa de restringir los fenómenos de los órdenes superiores a las leyes del mundo inorgánico, el materialismo dialéctico, en cambio, investiga el impedimento de explicar los fenómenos superiores con las leyes vigentes en el plano inferior. Entonces, el materialismo dialéctico afirma que históricamente las formaciones superiores salieron de las inferiores en el curso de la evolución de la materia.
La dialéctica, pues, tiene por labor explicar el movimiento del mundo en general y su evolución ascendente en particular. Toda superación en el orden espiritual, en la evolución social y en la dominación de la naturaleza se debe a la contradicción de opuestos. El movimiento está dentro de las cosas que se mueven, i.e., en las contradicciones internas o en una lucha de los contrarios, v.g., la lucha de clases dentro de una sociedad determinada. Los nuevos fenómenos resultan de la lucha de contradicciones. Germinan por el proceso de un cambio en principio puramente cuantitativo, superando un cierto punto crítico, que depende de la naturaleza de la cosa, conduciendo bruscamente a una transformación cualitativa.  La cosa deja de ser lo que hasta entonces era y se convierte en otra, i.e., una acumulación cuantitativa de frustración y antagonismo hacia el capitalismo puede estallar repentinamente transformando la sociedad.  Además, procura explicar la forma de evolución superior, i.e., luego de un distancia del punto de partida se vuelve de nuevo a él, sólo que ahora el camino se recorre en un plano superior, pues todo el contenido positivo de la evolución anterior es elevada a un nuevo estadio en la que se conserva. La explicación sería una doble negación.
La estructura explicativa y predictiva del materialismo dialéctico, entra en una crisis irreversible con el colapso de los socialismos reales. Como teoría social demostró limitaciones. El legado conceptual de Marx exigía un reexamen, i.e., una reformulación que incluyen las tesis más duras del corpus teórico del materialismo dialéctico.
Por ello, el marxismo analítico tiene como objetivo distanciarse del método dialéctico, centrándose en cuestiones metodológicas y menos en cuestiones relacionadas al diagnóstico y predicciones que derivan de dicho análisis. Considera elementos de la ciencia económica, con aportes de los modelos de intercambio. Además contempla el supuesto de la maximización de las funciones de utilidad como característica de los sujetos económico. El reto del marxismo analítico es cimentar las teorías de la sociedad en las acciones racionales de los individuos orientadas hacia un fin. Por ello, la dialéctica ofrece obstáculos en el intento del materialismo en vincular al marxismo con la elección racional. La confusión presente en el materialismo dialéctico es la no delimitación entre el método y el proceso de la dialéctica, i.e., la dialéctica como característica de nuestro pensamiento sobre el mundo y la dialéctica como característica del mundo mismo.
Este concepto dialéctico de la realidad, conforma una lectura y explicación de la historia, así también, una concepción de la lucha política. Es una construcción metodológica con explicaciones funcionales. Para el marxismo analítico, esta metodología es incapaz de considerar ciertos fundamentos de los procesos sociales. La idea de realidad y conocimiento desde el materialismo dialéctico, configuró una interpretación de la historia, de la concepción de la lucha política y de la representación de una sociedad comunista.
Por otro lado, desde el marxismo analítico, no es evidente que exista un vínculo real entre negación de la negación como rasgo de los procesos de pensamiento, ni tampoco como proceso histórico. La dialéctica, pues, no ofrece un método operacional que al aplicarse  ofrezca buenos resultados. Tampoco ha producido leyes sustantivas del desarrollo histórico con predicciones para casos concretos. La dialéctica hegeliana-marxista ha omitido que los conceptos no tienen una lógica del desarrollo independientemente de las acciones que los sujetos llevan adelante con propósitos particulares.
El marxismo analítico, al admitir aspectos de la teoría de le elección racional, del individualismo metodológico y de la teoría de los juegos, no sólo recupera la importancia del método por encima de los elementos filosóficos o doctrinarios que caracterizaron al marxismo tradicional, sino que, interroga los axiomas inmutables de la tradición marxista como el holismo metodológico, la explicación funcional y la dialéctica.

El marxismo analítico renuncia, entonces, a los elementos centrales de la interpretación marxista, generando la propuesta de una nueva interpretación del marxismo.

Comentarios

Entradas populares