El plan de vales o “vouchers estatales”, de Milton & Rose Friedman
El plan de vales o “vouchers
estatales”, de Milton & Rose Friedman[1] consiste
en, con fondos provenientes del Fisco, entregar “vales” a los padres, madres
y/o tutores/as, para que sean utilizados en la educación de sus hijos e hijas.
Este plan basa su propuesta, en que los padres, madres y/o tutores/as tienen un
interés mayor en la educación de sus hijos e hijas y un conocimiento más
cercano de sus posibilidades y necesidades que cualquier otra persona cercana a
los niños, niñas y/o adolescentes. De una manera sencilla y eficaz, calificación
de Friedman, se garantiza a los padres, madres y/o tutores/as una mayor
libertad de elección, conservando a la vez las actuales fuentes de financiación.
De esta manera no se anula las cargas impositivas destinadas al pago de la
educación. Se les ofrece a los padres, madres y/o tutores/as una mayor
posibilidad de escoger la forma en que sus hijos e hijas disfruten de la
enseñanza que la comunidad se ha obligado a proporcionarles. Este modelo de
financiación, crea un nuevo mercado de escuelas, haciendo hincapié en la
demanda y no en la oferta.
A continuación se describen las objeciones hacia este plan y
las contraobjeciones de los autores del modelo:
Objeción
|
Contraobjeción
|
La
cuestión Iglesia-Estado:
Puede
haber una violación de la primera enmienda,[2]
si los padres usan los vales para pagar la enseñanza en las escuelas
confesionales.
El
Tribunal Supremo de los EE.UU., tiene por norma dictaminar en contra de leyes
que procuran ayudar a padres que envía a sus hijos a escuelas confesionales.
|
Este
plan restringido sería muy superior al sistema actual y podría no ser
inferior a un proyecto que careciera por completo de restricciones.
Las
escuelas confesionales podrían desdoblar su organización curricular:
contenidos seculares a través de una escuela independiente, por ejemplo en el
turno mañana, que admitiera los vales. A contraturno funcionaría una escuela
con contenidos religiosos abonado por los padres, a manera de refuerzo para
el vale.
Cabe
subrayar que los vales no son destinados a las escuelas sino a los padres.
|
Coste
financiero:
Habría
un aumento para los contribuyentes sobre el costo total de la enseñanza, pues
se le entrega el equivalente a dos vales al diez por ciento de niños y niñas
que cursan en escuelas confesionales y otros institutos privados. La
extensión de los vales acabaría con la falta de equidad que supone usar los
impuestos para la enseñanza de unos niños y niñas pero no de otros y otras.
|
El
valor del vale deberá ser bastante menor que el coste actual por niño y niña
en las escuelas públicas, a fin de mantener igual el gasto público destinado
a la enseñanza.
|
La
posibilidad de fraude:
El
peligro de que los vales no se destinen hacia la educación de los hijos e
hijas sino a otros fines.
|
El
vale deberá gastarse en la escuela o establecimiento educativo autorizado y
no podrá ser canjeado por dinero real.
|
La
cuestión racial:
Utilizar
los vales escolares, para familia de minorías raciales, tiene por finalidad,
de fomentar la integración con otras minorías raciales. Esta práctica fue
declarada inconstitucional en Estados sureños de EE.UU. que pusieron en
práctica este sistema.
Otra
posibilidad es que la libre elección de los padres, madres y/o tutores/as
genere una separación racial aún mayor fomentando más segregación.
|
La
aplicación del sistema de vales, moderaría el conflicto interracial y
fomentaría una sociedad más solidaria, pues se cooperaría en conseguir
objetivos comunes, respetando los derechos e intereses individuales y
colectivos.
La
integración forzada no se basa en lo racial sino en la seguridad física de
los/las estudiantes.
|
La
cuestión de la clase económica:
Los
efectos negativos de los vales se harán visibles sobre la estructura social y
económica de clases. La escuela pública ha tenido una función de fusionar distinciones
de clase y de razas entre el estudiantado.
|
La
escuela pública, muy por el contrario, ha fomentado la división geográfica,
ligando su calidad de servicio al lugar de ubicación. A zonas de mayor poder
adquisitivo le corresponden escuelas públicas más sobresalientes en lo
académico.
El
sistema de vales acabará con el traslado forzoso, pues habrá más heterogeneidad
de oferta por zona de residencia. Los centros educativos podrán acentuar
algún área curricular en su formación, atrayendo estudiante de residencias
diversas.
El
suplementar los vales, por los padres, sería una posibilidad para aquellas
carreras que tienen un costo de materiales y recursos más elevado.
|
Duda
sobre las nuevas escuelas:
Habiendo
sólo escuelas privadas de enseñanza elitista o confesional, el sistema de
vales sería una subvención encubierta para estas instituciones. Esto crea una
duda razonable sobre la imposibilidad de que puedan surgir alternativas desde
el sector educativo privado, dejando las escuelas públicas para las familias
con menos recursos.
|
Los
vales desarrollarían un mercado educativo inexistente. Este modelo crearía un
nuevo mercado de propuestas y emprendimientos, de profesionales provenientes
de escuelas públicas y de otros sectores de la economía. Fomentaría la
iniciativa de grupos no lucrativos. Sobrevivirán las escuelas que tengan
satisfechos a sus clientes.
|
Consecuencias
sobre las escuelas públicas:
Desarticula
el sistema actual, desembocando en la extinción del modelo de escuelas
públicas. Para las Asociaciones que nuclea a los profesionales de la
educación, la escuela pública, es el cimiento y la piedra angular de la
democracia.
|
No
hay pruebas fácticas, si las escuelas públicas consigan los resultados que
pregonan. No se explica pues, si realizan una labor tan magnífica, el temor a
competir con otras instituciones en un mercado educativo desregulado. La
amenaza de las escuelas públicas no proviene desde fuera del sistema sino en
los defectos internos.
|
Seguidamente se evaluará críticamente las contraobjeciones
de Milton & Rose Friedman:
La
cuestión Iglesia-Estado
|
La
opción de que en un horario a contra turno, las escuelas confesionales,
puedan educar sobre un currículo basado en sus dogmas de fe y en otro turno
la misma escuela funcione como si fuese laica, en principio, sería una
solución viable a esta objeción. Lo que no explican los Friedman es si el
plantel de profesionales es el mismo en un turno y otro o serían dos
planteles de docentes uno para cada turno. Esto evidentemente incidiría en
forma dramática en el alza de costos para los padres, madres y/o tutores que
deciden enviar a sus hijos e hijas a las escuelas confesionales. Por otro lado
¿qué contenidos se dictarían en contra turno? ¿Sólo los contenidos dogmáticos
de fe o también espacios curriculares seculares? La escuela confesional
estaría en una contradicción constante sobre los contenidos de estos espacios
curriculares pues estarían influenciados por el dogma de fe que sostienen,
reñidos con la secularidad de los contenidos propios de la separación
Iglesia-Estado. Es histórico, por ejemplo, el debate de la enseñanza del evolucionismo
o el creacionismo en Ciencias Sociales.
|
Coste
financiero
|
El
coste de oportunidad[3],
aplicado al caso de los servicios educativos, generaría una expectativa de
elección de los padres, madres y/o tutores, teniendo que contar con fondos
disponibles para satisfacer dicha elección. Estos recursos dinerarios deben
generarse desde algún lugar. Por ello, Milton & Rose Friedman, no pueden
asegurar que el costo financiero del Estado baje o se mantenga por lo menos
igual.
|
La
posibilidad de fraude
|
Al
ser, los vales, un equivalente en dinero destinado sólo a educación, habría
un impedimento en que los padres, madres y/o tutores lo utilicen hacia otros
fines.
Lo
que no se objeta es el uso del dinero de los contribuyentes por parte de las
escuelas o instituciones educativas. Milton & Rose Friedman no explican
si el Estado desarrollaría algún mecanismo de control hacia las mismas: ¿Cómo
se reinvertiría el dinero de los vales? Al volcar la lógica del mercado hacia
el sistema educativo, los Friedman, ubicarían como controladores, a los
mismos Padres, Madres y/o tutores. Sobre esto ¿habría un mecanismo de
transparencia y de apertura de los libros contables de las instituciones
hacia la comunidad educativa? Los autores no lo especifican.
|
La
cuestión racial
|
La
construcción de que la economía es una ciencia que no hace valoraciones y que
es independiente de toda filosofía moral y política, es en principio discutible.
Es necesaria la disponibilidad social de instrumentos, que establezcan una
categorización de actividades, en función de la práctica o no de
transacciones dinerarias entre dos partes, siempre bajo la premisa de una
defensa de derechos. Le corresponde a la sociedad, vía procedimientos
democráticos, determinar y precisar cuáles son los ámbitos sociales dónde
queden excluidos de tales transacciones económicas. Al tratarse de actos
imprescindibles de compromiso con los cimientos del sistema social y
político, entrarían los valores de igualdad racial, relativos a derechos
individuales y/o colectivos irrenunciables.
Es
menester aclarar, que puede haber una confusión entre elección de una
institución por causas raciales y muy diferente por causas étnicas.[4]
El plan propuesto por los Friedman, desarticula la base geográfica de
elección étnica y/o cultural, menospreciando esta variable de elección. Los/las
estudiantes estarán desarraigados, cambiando de una asociación educativa a
otra, perdiendo la deliberación política y la actividad democrática que
implica relacionarse con otros en comunidad. Considerar a la familia como
consumidores de bienes educativos, generaría estudiantes que devendrán
ciudadanos, móviles y alienados, exponiendo a los/las estudiantes a un
espíritu empresarial individual e interesado y a una indiferencia
comunitaria.
|
La
cuestión de la clase económica
|
En el enfoque económico de la
toma de decisiones individuales, se hace mención a la función central de los
incentivos. La toma de decisiones individuales, no tiene por qué regirse por
la aplicación de un esquema contable rígido, donde se computen todos los
costes y los beneficios monetarios. Precisamente, una de las contribuciones
del análisis económico es la consideración de los aspectos intangibles, que
sólo cada persona es capaz de evaluar y aprobar. El enfoque económico, inversamente
a lo que puede concluirse, no tiene que ser reduccionista, ni limitarse a la
esfera dineraria. En una sociedad en la que se puede comprar casi todo con
dinero, la vida resulta más difícil para las personas con recursos escasos, a
la hora de acceder a estos aspectos intangibles de distribución. El dinero
adquiere una importancia creciente como determinante para el acceso a
disfrute de bienes y servicios. Las grandes diferencias en las condiciones de
elección efectiva de las familias son rechazables, pero no puede obviarse
que, hay una relación directa entre poder adquisitivo y el abanico de
opciones a disposición de cualquier ciudadano/a.
|
Duda
sobre las nuevas escuelas
|
Al mercantilizarse un bien, es
necesario tener presente algo más que la eficiencia y la justicia
distributiva. También es preciso preguntarse si las normas del mercado están
desplazando a las normas no mercantiles y en caso de que así sea, si ello
implica olvidarse de las que merecen ser protegidas.
Precisar un precio a la
educación puede descomponerla, pues los mercados no sólo distribuyen bienes,
sino que también expresan y promueven ciertas actitudes respecto a las cosas
que se intercambian. Pagar por tener mejor educación podrá mejorar el nivel
de oferta académica, pero también les enseña a considerar a los padres,
madres y/o tutores, hijos e hijas que la escolarización en sí misma ofrece
otros valores aparte de lo educativo.
Hay actividades consideradas
intrínsecamente como valiosas, con las que puede comprometerse un grupo de
personas. Ofrecer dinero por la realización de tales actividades puede
debilitar dicha motivación subjetiva. El desinterés, la generosidad, la
solidaridad y la lealtad, como valores educativos, no son mercancías que disminuyen
con el uso. Se fortalecen y perfeccionan con su práctica sostenida.
Las
razones de distribución de un bien
educativo y de una mercancía deben ser distintas pues son generados y
distribuidos por distintos procedimientos y por distintos agentes. Estas
diferencias devienen por el contraste de calidad y cualidad de los bienes en
cuestión y estas consideraciones tienen que estar presentes a la hora de
considerar la posibilidad de fundar una escuela bajo el sistema de vales.
|
Consecuencias
sobre las escuelas públicas
|
Los Friedman imponen la
racionalidad del bien dominante del capitalismo, la mercancía, a la
determinación de valor de todas las demás esferas de bienes que se
distribuyen socialmente. El poseer dinero, valor de intercambio de
mercancías, permite disponer de toda una gama de bienes distintos, en este
caso la educación, cuyos principios de distribución, como se ha dicho, son
diferentes.
La racionalidad de elevar el
nivel educativo con equivalentes a dinero, no asegura proveer de una
educación de calidad, ya que estamos sometiendo a la educación a las reglas
de la oferta y la demanda, haciendo imposible una cohesión cívica mínima.
No todos los bienes pueden ser
considerados bienes de consumo. Considerar a la educación como un bien de
consumo es condenarlo a su degradación.
Las
escuelas públicas generan un principio de distribución de los bienes
educativos, alejado de la lógica de mercado. El modelo
de vales, convierte este bien en una mercancía regido por la racionalidad de
la oferta y demanda, desarticulando y desvirtuando el significado social del
bien educativo propuesto por las escuelas públicas.
|
[1]
Friedman, M. y Friedman, R., “¿Qué falla en nuestras escuelas?”, en: Libertad
de elegir, Buenos Aires, Planeta, 1993.
[2]
(Ratificada el 15 de diciembre de 1791) El Congreso no legislará respecto al
establecimiento de una religión o a la prohibición del libre ejercicio de la
misma; ni impondrá obstáculos a la libertad de expresión o de la prensa; ni
coartará el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al
gobierno la reparación de agravios.
[3]El
coste de oportunidad puede definirse de un modo muy sencillo como aquello a lo
que una persona está dispuesta a renunciar con el objetivo de obtener otra
cosa. Es decir la valoración de la alternativa de la que se prescinde.
[4]
Un grupo étnico es un grupo etnolingüístico cuyos diversos integrantes
comparten una misma auto identidad. La palabra está compuesta de dos partes:
etno y lingüístico. El idioma es un factor principal y dominante para
identificar a un grupo étnico. Pero existen otros factores que se relacionan
con una identidad étnica o la determinan. Por lo general el grupo adopta su
propio nombre y existe entre los individuos que se identifican con el grupo un
sentido de compartir una misma identidad. Compartir una misma historia,
costumbres, identidades familiares y de clanes, al igual que reglas y prácticas
matrimoniales, clasificaciones por edades y otros acuerdos sobre sus
obligaciones, y patrones y reglas sobre herencias son algunos de los factores
étnicos comunes que definen o distinguen a un pueblo. De lo contrario, un grupo
racial es el grupo de seres humanos definidos por rasgos físicos, biológicos o
fenotípicos, transmitidos genéticamente y compartidos por una determinada
población.
Comentarios