El concepto de mundo de la vida (Lebenswelt)
El concepto de mundo de la vida (Lebenswelt)
Por Prof. Lic. Alberto Horacio Rodríguez
rodriguezgaley@gmail.com
El positivismo dominante
como única expresión de la cientificidad a principio del siglo XX, es calificado
por Husserl como un momento de crisis.
Husserl explica de la omisión de los cimientos pre-científicos
no esencialmente reflexionadas o eliminadas de las conciencias por parte de los
objetivistas. Por ello, la suprema expresión de la racionalidad humana
occidental encuentra su vulnerabilidad en el olvido o desconocimiento de los respaldos
socioculturales que dan sentido a su propia acción científica. La dificultad de
las ciencias positivas desde el enfoque husserliana gravita en el hecho que
éstas se organizan con asiento en realidades, axiomas y conceptos que ella
misma no ha aclarado y justificado; se trata de cierta ceguedad frente a los
contextos que la hacen posible. Además, les impide llevar a buen puerto el
ideal ilustrado de encuadrar razón a todos los ámbitos de la condición humana,
racionalizando la experiencia. La diatriba más esencial de Husserl hacia los
positivistas se orienta a su ingenuidad, a su descuido sobre los orígenes de su
propia actividad y pensamiento. El positivismo, que él
más asiduamente llama objetivismo, tanto de las ciencias de la naturaleza como
de las del espíritu, ha conducido a postergar la genuina reflexión sobre el
sujeto, artista de la ciencia y la investigación, y al mismo tiempo quien consume
sus resultados. La viabilidad de franquear dicha crisis consiste en la redención
de la principal particularidad de todo sujeto: la capacidad de juicio y con
ello la tornada a la reflexión, la crítica y la consciencia. De esta forma, la enemistad
con la actitud natural y con dicha inocencia se obtiene tras la aceptación y ejercitar
una actitud crítica, esto es, mediante aquella labor que responde a una necesidad
de inteligibilidad con la cual las plataformas de la vida cotidiana y la
ciencia quedan exhibidas al juicio crítico del sujeto reflexivo. La
fenomenología es visibilizada pues, como la ciencia idónea de explicitar cómo
algo se cristaliza en objeto en nuestra conciencia; ciencia que ha de asentir
entonces practicar ciertamente una confluencia entre lo trascendente y lo inmanente, entre
la conciencia y el mundo.
El quiebre que favorece el concepto de mundo de la vida
consiste en la proposición de una fundamentación de la faena de la filosofía fenomenológica en llana discrepancia con las edificaciones
teórico trascendentalistas de la filosofía. Por ello, las entidades y experiencias
quedan problematizadas, no desde su fundamentación ulterior, sino a partir del
interrogante por cómo ellas emergen o se hacen visibles en la experiencia o
vivencia de quien lo experimenta. Cabe resaltar entonces, que la
filosofía abandona así la fundamentación para pasar a ser reconstrucción de lo
vivido. Dicha profesión reconstructiva de la filosofía la hace intervenir
como poseedora de varios lenguajes, el de las ciencias y el de las experiencias
de la vida cotidiana. Así pues, el remedio al problema de la crisis de las ciencias europeas la concibe Husserl en transitar el
camino de la reflexión, consistente en el regreso a los umbrales de la ciencia,
es decir, al mundo de la vida. Allí es donde hay posibilidad de explicitar la
subjetividad como portadora de sentido y, por tanto, como subjetividad operante
y práctica. El argumento nuclear es la rehabilitación de la cotidianidad donde
el sujeto pueda reconocerse a sí mismo como subjetividad operante. Para Husserl
se hace imperiosos, tematizar la subjetividad ubicada, edificada en un
determinado mundo de la vida, desde su actividad causada e intencionada históricamente.
Husserl,
Edmund, La crisis de las ciencias
europeas y la fenomenología trascendental. Una introducción a la filosofía fenomenológica,
trad. Jacobo Muñoz y Salvador Mas, Barcelona, Crítica, 1992, pp. 4-18, 60-77 y 162-196
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