Ponencia en Congreso Internacional “Perspectivas Pedagógicas desde la Contemporaneidad”, organizado por el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González


Modelos Educativos Flexibles: Un enfoque crítico sobre la utilización de nuevas tecnologías de la comunicación y dialéctica organizacional e institucional.

Prof. Lic. Alberto Horacio Rodríguez

Eje temático Nº3
Abstract
Una institución de educación superior flexible no implica sólo incorporar nuevas tecnologías a su proceso de enseñanza aprendizaje. El concepto “flexible”[i] aparece en su dimensión global como mezcla de técnicas y tecnologías que pueden unir cambios rápidos y frecuentes de modos, estilos y tipos de prácticas; adaptaciones o re-programaciones fáciles de procedimientos y actuaciones; efectos de vuelta y retroalimentación rápidos en términos de calidad y cantidad. Los nuevos soportes proponen una descentralización del proceso, una des jerarquización de las relaciones sociales y una circulación de los saberes más democrática. En cambio, las instituciones persisten en organizaciones jerárquicas, centralizadas y con saberes restringidos de acuerdo al currículo manifiesto y oculto de la institución. ¿Qué implica una institución de educación superior flexible? Adaptarse a las nuevas necesidades societarias que no sólo demanda la utilización de nuevas tecnologías de la información, sino que al mismo tiempo implica un cambio en la concepción de los/las estudiantes, cambios en la función de los/las docentes, cambios con el diseño y distribución de la enseñanza y el sistema de circulación de la comunicación y de las relaciones sociales dentro de la institución.







1.     Introducción
En las sociedades actuales, la educación es una práctica social, cultural y política, pues en ella se transmiten elementos ideológicos que sustentan y definen el modelo de sociedad[ii]. Por ello las instituciones educativas poseen un protagonismo importante al momento de transmitir valores en los/las estudiantes.
En una sociedad diversa y compleja como la argentina conviven diferentes culturas y grupos en relaciones asimétricas, principalmente entre los grupos dominantes y los subordinados. Bajo esta perspectiva[iii], las instituciones que brindan educación a nivel superior, no son ajenas a esta realidad sociocultural del país. Por lo tanto, las relaciones jerárquicas y de poder son un elemento cotidiano dentro de las prácticas administrativas y pedagógicas, influyendo en el clima de trabajo, en la comunicación y en las relaciones personales entre los/las educandos, entre éstos y los docentes y directivos, docentes entre sí y entre docentes y directivos.
Al igual que la llegada de la sociedad industrializada supuso grandes transformaciones en el conjunto de las relaciones sociales, la llegada de una nueva sociedad que conocemos como la sociedad de la información[iv], impone cambios de prácticas sociales aun dentro del ámbito institucional educativo. Variaciones en el ambiente de aprendizaje, en la organización del espacio educativo y del tiempo[v], no porque sólo aquí se produzcan los verdaderos cambios, sino porque es donde se manifiestan más abiertamente las contradicciones y las posibilidades de cambio son más viables.
2.     Contextualización: NTICx y formación superior
Las redes electrónicas y el surgimiento de los medios de comunicación horizontal participativos apoyados en las  nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTICx),  posibilitan cambios de prácticas sociales referidas a un desarrollo humano sostenible, contribuidoras a un poder asociativo global[vi]. Sin embargo y a pesar de los logros, los escenarios de esta sociedad del conocimiento continúan demostrando ser contradictorios: requieren propuestas organizacionales con agentes de esquemas representacionales flexibles para enfrentar incertezas y generar respuestas imprevisibles. Sin embargo, aún existen dificultades en el logro de un desarrollo auto sostenido del conocimiento. Las estructuras de esta sociedad que se sostienen en el poder del pueblo y sus instituciones político-sociales, en el poder del aprendizaje, de la productividad y de la integración sociocultural global, deben continuar en la profundización de logros auto sustentables, o sea duraderos a lo largo del tiempo, con capacidades centrales que los agentes  y las clases deberían poseer, demostrar y aplicar.
Se ha apuntado así a un proyecto que sostiene una “alternativa sociedad del conocimiento”[vii], que afirma el valor y condición de la autonomía como estado personal y colectivo para crear sus propias instituciones y ser capaz de revisarlas, apropiarlas y transformarlas[viii], continua y auto evaluadamente. Por ello continuar en la creación de nuevos espacios de desarrollo del saber y de nuevas prácticas docentes, para que las mentes se abran, se comuniquen, dialoguen pública y conectadamente, a partir del espacio cultural de una internacionalización ciberespacial de Internet, si bien logradas, sigue requiriendo explotar mas las potencialidades enormes de las NTICx y las redes de modo creativo
Considero que de este modo, se podría producir el tránsito a otro tipo de sociedad de la información y del conocimiento, que implica personas, grupos y organizaciones que reconozcan que educarse es entre otras características, aprender la mayor cantidad de lenguajes y formas de presentar/representar el conocimiento, para lo cual ha sido necesario otorgar otro sentido a la tecnología y apropiarse pertinentemente de las NTICx[ix].
Es menester que las instituciones de nivel superior deban revisar sus prácticas, su modelo organizativo y administrativo, su propuesta de educación superior conjuntamente a su modelo pedagógico. Todo ello inscripto en los contextos socioculturales referidos, aplicados a la educación, y en especial, a proyectos institucionales con modalidades sociotecnológico-educativas que deben ser no convencionales, lo más flexibles para satisfacer las cambiantes demandas formativas.
3.     El impacto sobre el entorno del estudiante
La irrupción de estos nuevos escenarios implica nuevas concepciones del proceso de enseñanza y aprendizaje y nuevas organizaciones institucionales, en las que se subraya la inclusión activa del/la estudiante en el proceso de aprendizaje, derribando todo vestigio de asimetrías de poder; la atención a las destrezas emocionales e intelectuales a distintos niveles[x]; la preparación de los/las jóvenes para asumir responsabilidades en un mundo en rápido y constante cambio[xi], y la flexibilidad de los/las estudiantes para entrar en un universo profesional que demandará formación a lo largo de toda la vida.
Esto supone un renovado énfasis en el aprendizaje con respecto a la enseñanza y que se caracterizan por una nueva relación con el saber, por nuevas prácticas de aprendizaje, nuevas relaciones sociales intrainstitucional y adaptabilidad a situaciones educativas en permanente cambio.
Los alcances desde esta perspectiva sobre la función del/la educando implica[xii]:
  1. Acceso democrático a un amplio rango de recursos de aprendizaje.
  2. Control activo de los/las estudiantes a los recursos de aprendizaje, elaborar estructuras cognitivas más complejas.
  3. Participación de los/las estudiantes en la elaboración de experiencias de aprendizaje inclusivas.
  4. Acceso a grupos de aprendizaje colaborativo intra y extrainstitucional.
  5. Experiencias en tareas de resolución de dificultades emergentes.
Los retos que para la organización del proceso de enseñanza-aprendizaje ofrecen dichas implicaciones dependerán en gran medida del escenario de aprendizaje democrático, descentralizado, simétrico.
Centrarse en el ambiente de aprendizaje, sin embargo, no puede reducirse al análisis de la organización del espacio y el tiempo educativos. Son elementos que resultan fuertemente afectados por el impacto de las NTICx en el marco en el que se desarrolla la comunicación educativa, existiendo variables organizativas afectadas[xiii].
  1. Las coordenadas espacio-temporales que se conforman y que determinan muchas de las variables del proceso de enseñanza-aprendizaje.
  2. Las instituciones u organizaciones que administran la educación, en cuanto a la utilización de las NTICx, requieren nuevos sistemas de distribución de los materiales, nuevas estructuras de comunicación de usuario con la organización y, en consecuencia, nuevas fórmulas de diseño y producción de los materiales y cursos.
  3. La implantación de estos nuevos sistemas, sobre todo en lo que al acceso y utilización por parte del/la estudiante y de los/las docentes. En este sentido, las tecnologías utilizadas convencionalmente dejan paso a nuevas situaciones, determinadas en gran medida por las coordenadas espacio-temporales a que hacíamos referencia en el primer punto y por las posibilidades tecnológicas.
Teniendo en cuenta estas pautas, la tecnología de espacio educativo (el aula) y la unidad básica de tiempo (la hora de clase) entran en contradicción y se ven afectadas por la aparición de las nuevas tecnologías de la información en el ámbito educativo. La enseñanza nacida de la expansión  industrial del siglo XIX se ha caracterizado hasta ahora y en relación al ambiente instructivo, por seguir una ley de tres unidades: Unidad de tiempo, unidad de lugar y unidad de acción (todos en el mismo lugar, al mismo tiempo, realizando las mismas actividades de aprendizaje)[xiv]. Esta organización del aprendizaje comienza a desdibujarse al cambiar las coordenadas espacio-temporales que propician las NTICx, contribuyendo a facilitar el acceso a los recursos de aprendizaje a una mayor diversidad de personas y en diversas circunstancias.
Estas contradicciones plantean nuevos desafíos a la educación, ya que en el futuro la obtención y organización de la información se convertirá en la actividad vital dominante para una parte importante de la población. Pero, al mismo tiempo que las NTICx contribuyen al vertiginoso cambio que exige nuevas destrezas y cambios en los objetivos, pueden contribuir a su logro y dominio. En ello reside uno de los papeles cruciales que las NTICx pueden desarrollar en el sector educativo.
4.     ¿Las NTICx se incorporan en el currículum del nivel superior para flexibilizarlo?
Entonces el desafío frente a una organización social con una concepción del conocimiento elitista, hegemónico y acumulativo[xv], requiere revolucionar varios componentes: no sólo de acceso y uso equitativos de las NTICx para no quedar dejar excluidos/as socialmente por la brecha digital[xvi], sino por su asimilación conceptual y metodológica con una cesión de atenuación de las contradicciones a otras instancias organizacionales y culturales.
¿Cómo articular este cambio, delineando prácticas socioeducativas con formas provechosas de producción de conocimiento socialmente útil a partir de las nuevas coordenadas virtuales?
Se debe tener presente que si bien las NTICx y sus mundos epilogales se constituyen por un orden simbólico que demostraron que no son panaceicos[xvii], son los vigentes en la sociedad actual de la información, y por ende, urge capitalizarlos además de investigarlos de modo transversal en todos los campos del saber.
En el pensamiento único[xviii], la rigidez de contenidos, la organización jerárquica, vertical y asimétrica; las innovaciones tecnológicas y sociales encuentran su dique. Esto impide que la organización del nivel superior no pueda asumir estas nuevas formas de estructura social y del conocimiento con un proyecto que incorpore de modo crítico y dinamizante a las TICs y sus consecuencias sociales.
Se requiere un gran compromiso institucional para configurar auténticamente una cultura flexible que promueve la producción y uso social y equitativo del saber, la investigación científico–tecnológica y la transferencia práctica e inclusiva a la sociedad, por una apropiación pertinente de las NTICx para que realmente sirvan de un modo crítico.
Algunas sugerencias:
  1. No aceptar traspasos en bloque de tecnología sino que cada una sería analizada en su propia especificidad y alcances, evaluando sus debilidades y fortalezas dentro de un proyecto alternativo.
  2. Producir, amplificar y profundizar saber tecnológico[xix] adaptado a la idiosincrasia de la comunidad educativa, de modo distribuido y compartido, contribuyendo a la discusión crítica e integración sociocultural, desarticulando la fragmentación y el extrañamiento.
Siempre existen diferentes razones para utilizar la tecnología y en especial las NTICx en la enseñanza superior[xx]. Se trata de una progresión de factores que han encaminado a las organizaciones de enseñanza de nivel superior a incorporarlas en la enseñanza, el aprendizaje, la extensión y la investigación. Algunas con la modalidad virtual, a través de una plataforma digital[xxi] en una implementación simultánea y articulada, conducen a comprender por qué y cómo las TICs podrían colaborar en la innovación socio-tecnológico-educativa en su integración en la formación superior presencial.
En general se piensa que se utiliza la tecnología y las NTICx, porque existen de modo objetivo[xxii] o para no quedar retrasados por obsolescencia de recursos didácticos; otras depende de los agentes educativos y su posibilidad de decisión imponiendo prácticas  según el cargo que ocupen (por la cuota de poder que posean), otras veces se trata de proyectos catalogados como innovadores por el sólo hecho de incorporar las NTICx en experiencias que se vienen haciendo de forma regular. Sin embargo en todos los casos, se podría sostener que[xxiii]:
  1. Las NTICx mejoran la calidad del aprendizaje porque mejora la circulación de los saberes, cuidando que mejor accesibilidad no es sinónimo de calidad y profundidad del conocimiento elaborado.
  2. Ofrecen a los/las estudiantes el aprendizaje y la práctica de las habilidades cotidianas de interacción y comunicación con una tecnología de la información cada vez más extendida en la sociedad. Como ya se aclaró estas nuevas formas de prácticas sociales entran en contradicción con tecnologías educativas que representan subjetividades correspondientes a la modernidad
  3. Ensanchan el acceso a la educación, con programas no sólo de formación sino de extensión a la comunidad, aumentando la retención de los/las estudiantes geográficamente lejos de las sedes o con dificultades en su organización temporal.
  4. Posibilitan la apropiación de códigos simbólicos convergentes al interior de la sociedad tecnológica actual. Muchas veces el orden simbólico que se maneja en las instituciones educativas está en contradicción con el código precedente provocando una alienación en la apropiación de la realidad circundante.
  5. Permiten desarrollar más autocontrol ejecutivo no sólo de rutinas simples para aprender sino de desarrollar metaconciencia de los procesos ejecutivos subyacentes, desarticulando los procedimientos más dirigidos utilizados en el aula permitiendo una nivelación de las desigualdades jerárquicas
5.     Conclusión
La educación como dimensión sociocultural y productiva que se concibe en el nivel superior, debe evidenciar un lugar de alta relevancia en la elaboración y aplicación de conocimiento científico-tecnológico socialmente provechoso, con valores potentes de apertura y democratización subyacentes. Ello exige arreglos estructurales urgentes en base a los cambios acelerados que con la aparición de los nuevos códigos tecnológicos se dan en las mediaciones y que conmocionan las relaciones sociales en general. Las mismas se deberían insertar en marcos de reorganización de la cultura y de la producción del nivel. Reclaman un cometido estratégico a cumplir en el currículo de educación superior, en pensamiento y metodologías, con calidad y equidad en sus procesos.
Parecería que adjuntar y/o concentrar la formación en mediaciones electrónicas resulta sugestivo, renovador desde el punto de vista formativo si bien no presenta de ningún modo, resultados categóricos y debería ser materia de discusión e investigación permanente su inclusión en los proyectos educativos. Pero al mismo tiempo, se tiene la sensibilidad que sin estas mediaciones, se dificulta la formación de personas y grupos asentados socio-culturalmente en la construcción de lo local, en medio de las imposiciones hegemónicas globales. Desde una óptica crítica, desarrollar espacios y metodologías de apropiación tecnológica a las necesidades locales del nivel y de la comunidad educativa en cuestión. Adaptar componentes materiales y simbólicos dominantes, en términos tecnológicos y culturales, a fin de poder revertir una situación de inequidad, muchas veces histórica.


[i] Salinas, José (1997b): “Enseñanza flexible, aprendizaje abierto. Las redes como herramientas para la formación”. En: M. Cebrián [et al.] (coord.). Recursos tecnológicos para los procesos de enseñanza y aprendizaje. Málaga: ICE / Universidad de Málaga.

[ii] Muñoz García, Pablo Alexánder ; Gamboa Suárez, Audin Aloiso (2011): Configuración de lo político en la educación formal”. En:  Magistro, Vol. 5, Nº 9, pp. 65-77

[iii]  Murolo, Norberto Leonardo (2011) “La juventud como sujeto político en la Argentina contemporánea”. En: Hologramática  – facultad de Ciencias Sociales – UNLZ – Año VII, Número 15, V3, pp. 143-159
[iv] Castells, Manuel (1999): “La era de la información es nuestra era”. En: Foro Social Mundial. Wikilearn-ings http://bit.ly/fcwUVA

[v] Viñas, Joan (2007): La Organización Del Espacio y Del Tiempo en el Centro Educativo. Barcelona: Grao,  p. 17

[vi] Molina Betancur, Carlos Mario (2004): El Estado: Reflexiones Acerca de Sus Retos en el Siglo XXI. Bogotá: Centro Editor Universidad del Rosario, p.294

[vii] Martínez Martínez, Adriana (2009): Innovación y Competitividad en la Sociedad Del Conocimiento. México: Plaza y Valdéz, p. 327

[viii] Castoriadis, Cornelius (2006): Una sociedad a la deriva. Buenos Aires: Edit. Katz.
[ix] Fainholc, Beatriz (2008): “De cómo las TICs podrían colaborar en la innovación socio-tecnológico-educativa en la formación superior y universitaria presencial”. En RIED v. 11: 1, pp 53-79
[x] Salinas Castillo, Guadalupe, et. ál (2008) “La enseñanza virtual como una herramienta para facilitar la recuperación de alumnos con bajo aprovechamiento escolar. En: http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/colecciones/documentos/somece/08.pdf
[xi] Salinas, José (2001): “Entornos virtuales y formación flexible”. En:  http://tecnologiaedu.us.es/cuestionario/bibliovir/ES141.pdf
[xii] Salinas, José (1999): "Uso educativo de las redes informáticas". En Rev. Educar, 25. Univ. Autónoma de Barcelona, pp. 81-92.
[xiii] Salinas, José (1995): “Organización escolar y redes: Los nuevos escenarios del  aprendizaje”. En Cabero, J. y Martínez, F. (Coord.): Nuevos canales de  comunicación en la enseñanza. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces, pp. 89-117
[xiv] Lucero, María Margarita (2003): “Entre el trabajo colaborativo y el aprendizaje colaborativo”. En:
Revista Iberoamericana de Educación.

[xv] Giroux, Henry A. (2003): Pedagogia y politica de la esperanza [Teoria, cultura y enseñanza]. Buenos Aires: Amorrortu.

[xvi] Serrano Santoyo, Arturo, Martínez Martínez, Evelio (2003): La Brecha Digital: Mitos y Realidades. México: Universidad Autónoma Baja California.

[xvii] Fainholc, Beatriz (2008): op. Cit.

[xviii] Boron, Atilio A. (1999): “Pensamiento único y resignación política”. En: NUEVA SOCIEDAD, N°163.
[xix] Fainholc, Beatriz (2001): “La tecnología Educativa Propia y Apropiada”. Buenos Aires: Edit. Lumen,  Humanitas.
[xx] Bates, Tony (2001): Cómo gestionar el cambio tecnológico. Estrategias para los responsables de centros universitarios. Ediuoc-Gedisa

[xxi] Buzón García, Olga  (2005):La incorporación de plataformas virtuales a la enseñanza: una experiencia de formación on-line basada en competencias. En: RELATEC: Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa,  Vol. 4, Nº. 1, pp. 77-100

[xxii] Núñez Jover, Jorge (1999): “La ciencia y la tecnología como procesos sociales”. En: Tecnología y Sociedad. La Habana: Editorial Félix Varela, pp. 43-62.
[xxiii] Fainholc, Beatriz (2010): “Modelo tecnológico en línea de Aprendizaje electrónico mixto (o Blended learning) para el desarrollo profesional docente de estudiantes en formación, con énfasis en el trabajo colaborativo virtual”. En: RED (Revista de Educación a Distancia) Nº  2, www.um.ead/red/21

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