Ponencia en las VI Jornadas de Religión y Política en el Centro Cultural Haroldo Conti
El cuerpo como campo
de litigio religioso y político
Lic. Alberto Horacio Rodríguez
Licenciado en Sociología, egresado de la
Universidad de Buenos Aires. Profesor de Artes Visuales egresado del Profesorado de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón
de Buenos Aires. Rector del Centro de Capacitación Técnico Profesional de la
Asociación Civil Eirene Armonía Plena de Argentina. Docente
del Instituto Superior Juan Amos Comenio.
Correo-e:
rodriguezgaley@gmail.com
Resumen
Este artículo
propone analizar la disputa cultural actual, consistente en dar sentido a la
realidad social sobre el uso del cuerpo. Dos propuestas societales se han
expresado al respecto en Argentina y han situado al cuerpo, la sexualidad, la
pareja y la familia en el centro del pleito. Para su descripción se propone en
una primera aproximación identificar el contexto histórico que define el
semblante de uno de los actores de esta disputa: el fundamentalismo
neoconservador. En una etapa ulterior, describir los procesos de afianzamiento
de dicho actor y la madurez de sus planteos, para luego concluir con un examen
de la lógica articuladora y el avance político de sus propuestas en la
Argentina. Para ejemplificar estas construcciones se tomará el proceso de
desarrollo de la Ley de Educación Sexual Integral y la aprobación de los
Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral y los prolegómenos
alrededor de la Ley de Matrimonio Igualitario, donde se definieron nítidamente
las fronteras imaginarias de feministas, laicas/os, liberales y progresistas,
por un lado, y las/os neoconservadoras/es y fundamentalistas religiosas/os, por
el otro
Palabras clave:
Tecnologías de género, afinidad electiva, neoconservadurismo, excepcionalismo.
I. Introducción
Los guerreros
tlaxcaltecas recibían un severo entrenamiento militar. Se los sometía a tareas
muy agobiantes para fortalecerlos y así alimentar el fuego eterno que se
mantenía en ellos. El rito de iniciación como guerreros era la participación en
la captura de un prisionero. El cautivo era llevado entonces a los hombres a
cargo del sacrificio, que lo mataban extrayéndole el corazón palpitante.
Entonces el cuerpo era arrojado por las escalinatas del templo y el corazón
latente a los fuegos inmodestos. El cuerpo era dividido entre los muchachos
participantes para su consumo ritual: El muslo derecho y el torso correspondían
al joven que se había comportado más heroicamente; el muslo izquierdo iba al
segundo joven más valiente; el brazo derecho al tercero, y así sucesivamente
hasta que no quedaba ninguna porción.
En la Ilíada se narra
los acontecimientos ocurridos durante cincuenta y un días en el décimo y último
año de la guerra de Troya. Aquiles, enfurecido por la
muerte de su amigo Patroclo, obtuvo de su madre una nueva armadura forjada en
la fragua de Vulcano. Salió al campo de combate, matando a Héctor. Tomó como
botín su cuerpo, arrastrándolo con su carro en torno a los muros de Troya, sin
permitir que tuviera los ritos funerales. Sólo cuando Príamo, el padre de
Héctor y rey de Troya, vino en secreto a entrevistarse con Aquiles, éste le
devolvió el cuerpo del héroe, en uno de los pasajes más emotivos de este poema
épico.
Como en la
antigüedad, hoy el cuerpo vuelve a ser el escenario de disputas entre los
dioses.
Este ensayo se
propone analizar la disputa cultural actual, consistente en dar sentido a la
realidad social sobre el uso del cuerpo. Dos propuestas societales se han
expresado al respecto en Argentina y han situado al cuerpo, la sexualidad, la
pareja y la familia en el centro del pleito. Para su descripción se propone en
una primera aproximación identificar el contexto histórico que define el
semblante de los actores/as enfrentados/as. En una etapa ulterior, describir
los procesos de afianzamiento de dichas/es actoras/es colectivas/os y la
madurez de sus planteos, para luego concluir con un examen de la lógica
articuladora y el avance político de sus propuestas en la Argentina. Para
ejemplificar estas construcciones se tomará el proceso de desarrollo de la Ley
de Educación Sexual Integral y la aprobación de
los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral [1] y los prolegómenos
alrededor de la Ley de Matrimonio Igualitario [2], donde se definieron
nítidamente las fronteras imaginarias de feministas, laicas/os, liberales y
progresistas, por un lado, y las/os neoconservadoras/es y fundamentalistas
religiosas/os, por el otro.
II. Política y religión
Durante gran parte del siglo XX, la religión y la política caminaron más
separadas que nunca en la Historia. Sin embargo, en un definido momento de sus
décadas finales, se produjo una llamativa subversión. La política y la religión
volvieron a unirse con una pujanza recordando momentos históricos pretéritos. Alianzas estratégicas entre
religión y política pueden manifestarse de diversas maneras, como sucede
actualmente en las sociedades iberoamericanas y en otras regiones, en especial
en las sociedades monoteístas. Hacia 1975
(…) un nuevo discurso religioso toma forma, no para adaptarse a los valores
seculares sino para devolver el fundamento sacro a la organización de la
sociedad, cambiándola si es necesario. Este discurso, a través de sus múltiples
expresiones, propone la superación de una modernidad fallida a la que atribuye
los fracasos y las frustraciones provenientes del alejamiento de Dios... En
quince años este fenómeno ha adquirido dimensión universal (Kepel, 1991:14)
¿Cómo comprender un proceso de profanidad y una
modernidad religiosa articulándose a través de sus demarcaciones y
peculiaridades? ¿Cómo definir, en la actualidad religiosa, de patrones seculares
que traspasan diversos campos en nuestras sociedades, registrando la nueva
disposición de lo religioso, las singularidades culturales y las particularidades
existentes en las diversas formas de acción política?
Habida cuenta que una multiplicidad de investigaciones ha
caracterizado con claridad los componentes y alcances de los procesos de
yuxtaposición político-religioso (Wynarczyk, 2010; Di Stéfano y Zanatta, 2000;
Caimari, 1994; Mallimaci, 1988), el artículo pretende ahondar en un terreno
donde se condensan y materializan las instancias de imbricación entre ambas
esferas.
En la complejidad relacional de nudos político-religiosos
pueden concebirse desde movimientos religiosos que ingresan al espacio público
para presionar o realizar demandas al Estado, muchas de ellas sin llegar a la defensa
de alguna afinidad político-ideológica, hasta actores políticos que desean
legitimarse religiosamente, y buscan presentarse ante la opinión pública
rodeados del aura prestigiosa que supone esa legitimidad. El corpus ético y
moral de las religiones otorgan un sentido a la acción política. Si nos
proponemos como tarea, descubrir el grado de politización o despolitización
religiosa, habría que prestar atención a las representaciones sociales que se
manifiestan en el campo religioso y cómo desde ellas se niega, se refuerza o se
establece una relación de inferencia con la cuestión política.
Percibimos como movimientos políticos van
adquiriendo un lenguaje que acumula elementos religiosos. Esta provisión puede encontrarse
en dos modalidades: Primero en la transferencia y apropiación de nociones
procedentes del lenguaje religioso y en su atribución de continuador en el mundo,
en el hoy y ahora de determinada sacralidad. Segundo en el reemplazo y
desplazamiento de la sacralidad anteriormente confinada al ámbito de las
religiones y condensada, a partir de determinado momento, en la sacralidad
política. Para ciertas miradas ancladas en mundos institucionales religiosos
estas dos modalidades pueden parecer intromisiones o pretensiones regalistas
(Mallimaci y Cucchetti, 2009:129)
Cuando uno
analiza en dónde se discute de sexualidad, no hay morales laicas ni partidos políticos
que se exhiban ¿y quién aparece entonces? Los grupos religiosos en el espacio
público.
III. ¿Sexo o género?
Foucault designa el pasaje de una sociedad soberana
a una sociedad disciplinaria como el desalojo de una forma de poder que decide
y ritualiza la muerte, a una nueva forma de poder que calcula la vida en
términos técnicos de población, salud e interés nacional. Foucault llamará “biopoder” a esa forma de poder
productor, impreciso y tentacular (Foucault, 1992: 165). El
biopoder produce y reproduce la normalidad y con ello también la diferencia,
ambas son reguladas y utilizadas para su propio
beneficio, para legitimarse a sí mismo y legitimar sus mecanismos.
La subjetividad se construye a través de
dispositivos, es decir, redes particulares de elementos discursivos y
extradiscursivos inscriptos en un juego de poder. En Historia de la
sexualidad. La voluntad de saber, Foucault (1992) entiende a la sexualidad
como un dispositivo, el conjunto de efectos producidos en los cuerpos,
comportamientos y relaciones sociales, en el despliegue de una tecnología
política compleja. La sexualidad deja de ser una propiedad de los cuerpos o
algo existente originariamente en los seres humanos y se convierte en un
espacio privilegiado de producción de subjetividades, punto de pasaje de
relaciones de poder particularmente denso, en virtud de su ubicación
privilegiada en la articulación entre las técnicas de poder disciplinarias que
construyen al cuerpo como objeto de las relaciones de poder, la
anátomo-política; y las técnicas de
biopoder que transforman a la población en un problema económico
y político, centrado en el cuerpo-especie.
Sin embargo, hay dos cuestiones que destacan la
dificultad de utilizar ese modelo en el contexto sexualidad-política posterior
a la Segunda Guerra Mundial.
Además, Foucault interrumpe su genealogía de la
sexualidad en el siglo XIX y, si bien se trata de confeccionar un análisis
político sobre las prácticas y las identidades sexuales contemporáneas, a pesar
de que no podía ignorar la existencia de los movimientos feministas, escogió construir
una visión retrospectiva a partir de la sexualidad griega, que usa como
hipótesis programática para la definición de las nuevas estéticas de vida.
La invención de la categoría “género” constituye
el barrunto de la emergencia de ese tercer régimen de la sexualidad (Preciado, 2007:20).
Lejos de ser una elaboración de la agenda feminista de la década de 1960, la
categoría de género pertenece al discurso médico de fines de los años 40.
Durante el período de la guerra fría, en los Estados Unidos hubo fuertes
inversiones destinadas a la investigación sobre el sexo y la sexualidad. Ese
tercer modelo se caracteriza no sólo por la transformación del sexo en objeto
de gestión política de la vida, sino sobre todo por el hecho de que esa gestión
se opera a través de las nuevas dinámicas del tecnocapitalismo avanzado.
El contexto del nacimiento del concepto de género
es el macartismo [3], dónde suma a la persecución patriótica contra todo
vestigio o sospecha de comunismo, políticas de segregación contra la
homosexualidad en tanto forma de antinacionalismo, así como la exaltación de
los valores familiares de la masculinidad laboriosa y la maternidad doméstica
(D’Emilio, 1993).
En todo el país se extienden decenas de centros de
investigación en la estructuración de un objetivo nacional de salud pública. Al
mismo tiempo, se inician un grandes estudios cuantitativos sobre la “desviación sexual” que se conoce como ”Sex
Variant” y que se prolongará casi veinte años (Terry, 1999:178-218). Es
también el momento en que se instaura el uso clínico de las moléculas hormonales,
la primera comercialización de estrógenos y progesterona obtenidos a partir de
yeguas (Premarin) y luego de forma sintética
(Norethindrone), y es, sin duda, el
momento en que el Dr.John Money, que tiene a su cargo el área de psiquiatría
infantojuvenil del hospital John Hopkins de Nueva York, inventa el concepto de género.
La categoría género
de Money es la herramienta de una racionalización de la vida donde
el cuerpo no es más que un parámetro. El género es ante todo un concepto
necesario para el advenimiento y desarrollo de una colección de técnicas de
normalización/transformación de la vida: la fotografía de los “desviados
sexuales”, la identificación celular, el análisis y el tratamiento hormonales,
la lectura cromosómica, la cirugía transexual e intersexual...
Si el concepto de género inserta una ruptura, es pues
porque constituye el primer momento reflexivo de esa economía de construcción
del sexo. A partir de entonces, no hay retroceso. La medicina permite que se
manifiesten sus fundamentos arbitrarios, su carácter constructivista, y por lo
mismo permite nuevas formas de resistencia y de acción políticas. El régimen postmoneyista (Preciado, 2007:23) de la sexualidad
no puede activarse sin el tráfico de un enorme flujo de tecnología médica (hormonas,
silicona, textos y representaciones, de técnicas quirúrgicas...) es decir, sin
una circulación constante de biocódigos de los géneros. En esa economía
política del sexo, la regulación, normalización y la diferencia dependen del control,
de la reapropiación y el uso de esos movimientos de género. Al hablar de la
ruptura que introduce esa categoría de género, no se refiere al pasaje de un
canon al otro en expresiones que provoque una forma de discontinuidad drástica.
Se trata sobre todo de una superposición de capas en los cuales las diferentes
técnicas de escritura de la vida se encabalgan y se reescriben. El cuerpo no es
aquí una materia pasiva sino una interface tecno-orgánica, un sistema tecnovivo
segmentado y territorializado según diferentes modelos textuales, informáticos,
bioquímicos… (Haraway, 2000:162).
IV. Tecnologías de género
La conformación
de la identidad personal es una configuración muy compleja en la que intervienen
una multiplicidad de factores, desde propensiones individuales hasta la
asimilación de diversas facultades originadas en el proceso de socialización y
educación, pero evidentemente un elemento importante en la constitución de la
subjetividad es la determinación de género, cimiento fundamental sobre el que
se organiza la identidad del sujeto.
Usualmente el
sentido común considera que el sexo es el factor determinante de las
diferencias observadas entre varones y mujeres y que es el promotor de las
diferencias sociales existentes entre las personas sexuadas en masculino o
femenino. Pese a esto, desde hace unas décadas, se distingue que en la
configuración de la identidad masculina o femenina median no sólo factores
genéticos sino estrategias de poder, dispositivos simbólicos, psicológicos,
sociales, culturales etc., es decir, mecanismos que nada tienen que ver con la
genética pero que son condicionantes esenciales para la contextura de la
identidad personal. Por ende, se considera que en el sexo permanecen gran parte
de las diferencias anatómicas y fisiológicas entre varones y mujeres, pero que
el resto pertenecen a la hegemonía de lo simbólico, de lo sociológico, de lo
genérico y que, consecuentemente, los
sujetos no nacen resueltamente como varones o mujeres sino que la construcción
de género masculinidad o feminidad es la consecución de un largo proceso, de
una arquitectura que se va trenzando en interacción con el medio familiar y
social.
El desarrollo
del concepto tecnología del género de la autora feminista Teresa de Lauretis
(2000), desempeña una función privilegiada en esta construcción. Tecnología del
género es una noción elaborada a partir de la tesis foucaultiana de tecnologías
del sexo. Foucault en el primer volumen de La
Historia de la Sexualidad, La Voluntad de Saber, define que la sexualidad
no es un impulso natural de los cuerpos sino que El sexo, por el contrario es el elemento más especulativo, más ideal y
también más interior en un dispositivo de sexualidad que el poder organiza en su
apoderamiento de los cuerpos, su materialidad, sus fuerzas y sus placeres (Foucault,
1992:188).
Según Foucault
(1992), no se debe concebir la sexualidad como una cuestión privada, íntima y
natural sino que es totalmente construida por la cultura hegemónica, es el corolario
de una tecnología del sexo, definida como un conjunto “de nuevas técnicas para maximizar la vida” (Foucault, 1992:188),
extendida y propagada por la burguesía a partir del siglo XVIII con el objetivo
de garantizar la durabilidad de clase y el amparo de su poder. Entre esas
tecnologías del sexo engloba Foucault los discursos religiosos, las prácticas
legales, el discurso científico o médico etc., en definitiva, una serie de
prácticas discursivas narrativas, prescriptivas o prohibitivas. Para la
exploración foucaultiana las prohibiciones y las prescripciones o definiciones
referentes a la conducta sexual no sólo vedan o reprimen la sexualidad sino que
la engendran.
Pues bien, Teresa
de Lauretis (2000) habla de tecnología del género, razonando que el género, al
igual que la sexualidad, no es una expresión natural del sexo o la formulación
de características específicas de los cuerpos sexuados en masculino o femenino,
sino que los cuerpos se asemejan a una superficie a esculpir, según los modelos
y representaciones de masculinidad y feminidad divulgadas por las formas
culturales hegemónicas de cada sociedad según las épocas. Entre las prácticas
discursivas preponderantes que actúan como tecnología del género, la autora
incluye el sistema educativo, los discursos institucionales, prácticas de la vida cotidiana, la producción
cinematográfica, los medios de comunicación, los discursos literarios,
históricos etc. Todas las instrucciones o prácticas que se utilizan en la
praxis y la cultura dominante para rotular, especificar, tallar o representar
lo femenino o masculino, organizan así que “la
construcción del género es el producto y el proceso tanto de la representación
como de la auto representación” (Lauretis, 2000:123)
Por su parte, De Lauretis realiza una
deconstrucción del lazo entre género y diferencia sexual del sistema
sexo-género, dando un paso más hacia la deconstrucción del sujeto moderno, para
poder pensar un sujeto no unificado y contradictorio, constituido en el género
y en la experiencia de relaciones raciales y de clase (Lauretis, 1989:8).
Lo hará en cuatro proposiciones. La primera de
ellas es que el género debe ser entendido como una relación entre entidades
preconstruidas como clase, mediante la cual se asigna a una entidad una posición
dentro de una clase, y paralelamente, una posición relativa a las otras clases
preconstituidas. En segundo lugar, en la representación del género está su
construcción, tanto social como subjetiva. El género es producto y proceso de
su misma representación y auto representación. Tercero, su construcción se
produce en los aparatos ideológicos del Estado, la Academia, el arte e incluso,
el feminismo. Es decir, la construcción de género prosigue a través de varias
tecnologías de género y discursos institucionales, pero también “...subsisten
en los márgenes de los discursos hegemónicos” (Lauretis, 1989:25).
Las teorías de Foucault y Althusser que ignoran el género o las que se ocupan
de él, tal como el psicoanálisis, siempre “...inspiran, contienen y promueven
alguna representación de género” (Lauretis,
1989:26). Así como no hay nada fuera de la ideología, no hay nada fuera
del género. En cuarto lugar, la construcción de género es afectada por su
propia deconstrucción. Es una advertencia casi metodológica que invita a pensar
sobre los términos e intereses que gobiernan cualquier deconstrucción, sobre
todo a aquellas que contienen a la mujer en la feminidad (mujer) y reposicionan
la subjetividad femenina en el sujeto masculino, ignorando al sujeto emergente,
constituido en una multiplicidad de diferencias, en la heterogeneidad material
y discursiva.
V. La reacción neoconservadora
El
neoconservadurismo se presenta en nuestra sociedad con fachadas variopintas. Es
parte vital del denominado posmodernismo pero como contramodernización
reaccionaria. Nos ayudaremos con las conclusiones de Enrique Gil Calvo (2003),
quien nos ofrece tres modos para comprender la postmodernidad. El primer
acercamiento a esta etapa político-cultural-económico se la describe como
hipermodernización, o continuación presente de una modernidad pautada en la
actualidad por los avances tecnológicos y científicos. Una segunda descripción,
se la presenta como antimodernización, que pone en duda las nociones del
sujeto, representación o progreso. En tercer lugar aparece como
contramodernización, en tanto dos instituciones premodernas vuelven a ocupar el
primer plano político-social: la religión y la guerra. Dentro de los ejes de
esta última mirada, donde Gil Calvo enfatiza la impronta de época, encajaría la
revolución neoconservadora.
Ahondando en
esta tercera concepción de la posmodernidad, el neoconservadurismo supone una
reformulación del pensamiento conservador, al que no sin razones se ha hecho
coincidir con los postulados de la denominada Nueva Derecha: liberal en lo
económico y tradicional en lo moral. François Cusset (2005) detecta sus orígenes
en la izquierda norteamericana de filiación socialdemócrata, por un lado, y en
la obra de Leo Strauss, por otro. De su
amalgama resulta un programa filosófico-político estructurado según tres fundamentos:
la creencia en la existencia de un Bien superior; la necesidad de reestablecer
un orden social jerárquico; y la exigencia de activar un programa civilizatorio
y democratizante en los planos nacional e internacional.
Cusset enumera
los casos biográficos de sus ideólogos tales como Norman Podhoretz (2004) o
Irving Kristol (1983), experimentando una conversión operada en el contexto la
Guerra Fría, lo que confiere a este movimiento de cierta dosis sediciosa. Pero como
núcleo duro, más que como reacción ante los devaneos libertarios, el
neoconservadurismo se gesta como tendencia anticomunista. Daniel Bell (1976) con
aires premonitorios, declara en la década de los cincuenta lo que será el
slogan del posmodernismo: “el fin de las
ideologías” según Fukuyama (2002), siendo una versión degradada de tal
diagnóstico pues Bell (1992) con cierta lucidez describe el agotamiento del
ímpetu utópico y la obsolescencia de la emoción como factores de la acción
política, así como la convergencia político-funcional que la industrialización
supone. No obstante, los sesenta y su impronta agitadora al incorporar una
vertiente contracultural, será la que explique el rasgo moralizante que
caracteriza al neoconservadurismo, así como su vuelta a la religión.
Pero el concepto
medular sobre el que se levanta el movimiento es el de gobernabilidad. El diseño
primario comparte en principio el clásico diagnóstico económico del
socialdemócrata James O’Connor (1972), según el cual el Estado se enfrenta a la
contradictoria tarea de posibilitar la acumulación de capital para obtener a su
vez el poder impositivo capaz de asumir las reclamaciones sociales, legitimando
así su ejercicio. El problema, según los neoconservadores, es que el aumento de
las atenciones sociales que concibe el Estado de bienestar ha ido creciendo
hasta un límite que este ya no puede hacerse cargo de las solicitudes de la
sociedad. A la baja rentabilidad del sistema proteccionista, se suma la detracción
del sobredimensionamiento de los servicios públicos, cuyas responsabilidades
por su ineficacia quedan en la nebulosa del entramado burocrático, deslegitimada
la noción de autoridad política.
La solución a estos
problemas en el ideario neoconservador (neocon)
estaría, en primer lugar, por recuperar parte de las directrices neoliberales (anulación
de prestaciones sociales universales por focalizadas, privatización de
servicios públicos) y, en segundo lugar, restringir los controles de
legitimidad democrática del sistema político. Autores como Kristol o Bell intentaban
cuidar el componente intervencionista del Estado, llamando a una delimitación
de las necesidades sociales para producir un equilibro entre eficacia y
equidad. No se presenta un cuestionamiento de la institucionalización de
instancias de conocimiento independientes, ajenas al control democrático. Esta
solución se ensambla con la preocupación moral, fundamento teórico del
neoconservadurismo. Hoy es fácilmente detectar a la reactivación del fundamentalismo protestante
norteamericano con la razón de ser del neoconservadurismo. Alineada con la
tesis de la afinidad electiva [4] entre ética y actividad económica
capitalista, el movimiento
neoconservador intima en recuperar los principios morales fundacionales
en aras de asegurar la continuidad del sistema económico capitalista.
VI. La teología neoconservadora
La afinidad
electiva de la ideología neocon hay
que buscarla en una colaboración con normas legitimadoras provenientes del
ámbito moral-religioso compatibles con la lógica del sistema económico
capitalista. Esta combinación entre economía, moral y religión es lo que
permite desarrollar una ideología moral y religiosa del capitalismo que
coadyuva a investirlo de legitimidad social y cultural.
El credo de la
teología neoconservadora (teocon) está formado, en líneas generales, por
tres ideas principales (Aguiló Bonet, 2010:18)
En primer lugar,
la certeza que Dios y la fe cristiana deben ser actores esenciales de la vida
pública, cuyo objetivo principal es la de recristianizar a la sociedad. La
táctica es penetrando en todas las esferas y ámbitos posibles los valores
tradicionales burgueses, tales como la ratificación de la familia nuclear como
auténtico modelo de familia; la rehabilitación de la función tradicional de la
mujer como esposa, madre y ama de casa; la imposición de la enseñanza del
creacionismo bíblico; la defensa absoluta y encarnizada de la vida humana, a
través de la prohibición y condena de prácticas sociales como el aborto y la
eutanasia; la impugnación del divorcio, de las relaciones sexuales y afectivas
entre personas del mismo sexo, de la prostitución y del uso de métodos anticonceptivos,
entre otros.
El
excepcionalismo (Lipset, 2000) sería la segunda idea fuerza del movimiento teocon. Por ley natural y voluntad
divina una élite social con fuertes lazos eclesiásticos son los elegidos por
Dios para la misión mesiánica de extender por el mundo los valores cristianos
tradicionales a través de una conversión individual. Veladamente lo que se
imponen son la lógica del mercado capitalista y de una democracia elitista.
Dentro del movimiento
teocon de Estados Unidos el excepcionalismo toma ribetes nacionalistas:
la creencia según la cual Estados Unidos es una nación bendecida y elegida por
Dios. En virtud de ello, la nación estadounidense es la que tiene esta misión
de imponer la paz, la democracia liberal y la libertad, aún con el uso de la
fuerza militar.
Por último, los teocons
se oponen frontalmente a los programas económicos y políticos alternativos al
capitalismo, tanto a los de inspiración socialista como socialdemócrata
(Petrella (1997: 74-82). Desconfían de la intervención gubernamental en los
asuntos económicos (modelo neokeynesiano del Estado), excepto en períodos de
crisis. En cambio apañan y fomentan la intervención de la religión en el Estado
y la economía, legitimando teológicamente el capitalismo neoliberal y el modelo
de globalización hegemónica del sistema económico.
La moral
económica de los teocon puede verse, en este sentido, como la versión religiosa
de la ética de libre mercado emprendida por el neoliberalismo [5]: la ética
fundada en la acumulación individual e ilimitada de lucro, la apreciación del
individuo a partir de su capacidad de producción y consumo y la ética de la
competencia permanente, donde hay una lucha a muerte contra los demás por la
defensa de sus propios intereses.
VII. Poderío económico de los neoconservadores
La estrategia neocon es ejercer su influencia en otras
sociedades, como la argentina, a través de diversas redes de organizaciones
comunitarias. Una de las consecuencias más importantes de la movilización de
este tipo de fundamentalismo consiste en que hoy en día los sectores religiosos
conservadores no necesitan tener una organización política para garantizar su
influencia en la sociedad. Durante estos años de acercamiento entre la derecha cristiana
y el poder, en el país se logró crear una influyente conciencia conservadora, basada
en los puntos claves del código de valores, visión social y doctrina exterior fundamentalistas,
lo que, debido a su gran presencia en los medios de comunicación y extenso
sistema de redes sociales, tiene importantes proyecciones a las instituciones
políticas, gobierno y sistema de partidos.
La
infraestructura comunitaria de la Derecha Religiosa en Estados Unidos está
formada por más compañías de televisión, radioemisoras, múltiples universidades
y colegios, las iglesias y organizaciones evangélicas voluntarias (Coalición
Cristiana, Coalición por Valores
Tradicionales, Focus on the Family, Family Research Council,
Concerned Women for America, American Family
Association, entre otros). Este
sistema de redes socio-culturales y un sólido aparato burocrático permiten a
los fundamentalistas protestantes y sus aliados influir en la opinión pública y
en las preferencias políticas del electorado, llevando su mensaje fuertemente
moralista, basado en la defensa de valores éticos y familia tradicional
burguesa, en la necesidad de restaurar el contenido cristiano de la sociedad, y
un fuerte nacionalismo. La rigidez de normas éticas de este grupo religioso y
la disponibilidad a luchar por una causa justa a veces llevan a los
fundamentalistas a justificar la violencia (contra los médicos y clínicas
abortistas) y percibir la realidad norteamericana como una constante guerra
espiritual.
VIII. El neoconservadurismo en Argentina
Si
bien el neoconservadurismo tiene varias décadas de presencia en nuestro país,
la emergencia mediática de una alianza político-religiosa es mucho más
reciente. Como organización estructural fundante de este posicionamiento
ideológico, podemos comenzar analizando la formación de la Fundación Promesa.
En 2003, se crea la Fundación Promesa para alentar la participación de
cristianos en política (De Angelis, 2010). Arturo Hotton abandona su función de
embajador en Bulgaria para recorrer la Provincia de Buenos Aires como candidato
a vicegobernador bonaerense del Partido Recrear, acompañando a Hernán Lombardi
(Capriata, 2003). Por su parte, el
abogado Arturo Hotton (hijo de Arturo), es el representante en la Argentina de
la Asociación Evangelística Billy Graham (AEBG). Cynthia Hotton (hija de
Arturo) presentará candidatura por una banca como legisladora en 2007, también
representando a Recrear y estando hoy al frente de su propia agrupación política,
Valores Para Mi País.
Como diputada,
Cynthia Hotton presentó un proyecto para declarar de interés legislativo al
“Festival Buenos Aires 2008 con Luis Palau” [6]
a realizarse durante el mes de marzo de 2008 en la Ciudad de Buenos Aires,
apoyado por la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República
Argentina (A.C.I.E.R.A.) [7], entre otras organizaciones religiosas, y
acompañada por legisladores de Propuesta Republicana (PRO) como Federico Pinedo
y Julian Obiglio, más Marcelo Amenta (Recrear para el Crecimiento).
En 2005, Palau
había estado en la provincia de Mendoza para realizar un festival evangélico
siendo recibido en su despacho por el gobernador Julio Cobos. Éste había
invitado al predicador para que participara en la Fiesta de la Vendimia de
2005, el más importante suceso turístico y cultural de la provincia de Mendoza.
En esa oportunidad, Luis Palau habló de su gran amigo Franklin Graham, hijo del
pastor Billy Graham, quien había estado en Mendoza en el 2002 por una campaña
similar. En el sitio web de su organización, Franklin Graham se presenta como
“el hijo mayor de Billy y Ruth Bell Graham, se desempeña como Presidente y CEO
de Samaritan's Purse y de la
Asociación Evangelística Billy Graham (Graham, 2010). Siguiendo la línea
familiar, de enérgicos lazos con la derecha política y empresarial
norteamericana, Franklin Graham se hizo mundialmente conocido como asesor
espiritual y confidente religioso del presidente George W. Bush (Graham, 2001).
Julio Cobos
volverá a recibir a Luis Palau en su despacho, pero esta vez como
vicepresidente, junto a los diputados nacionales Hugo Acuña (Movimiento Popular
Neuquino), Cynthia Hotton, Christian Gribaudo y Federico Pinedo. Al día
siguiente, el 11 de marzo de 2008, se lanzaba el lock out patronal dirigido por la Mesa de Enlace [8] y apadrinado
por el Grupo Clarín [9].
Durante el
debate parlamentario por la Resolución 125 [10], la diputada Hotton argumentó
en contra de la misma con un texto leído directamente de la Biblia. Cuando el pueblo
de Israel fue expulsado de Egipto, estuvo en el desierto durante cuarenta años.
Luego de ese lapso llegó a la Tierra Prometida como un pueblo totalmente
desordenado. Dios puso al mando a un joven; no llegó Moisés, sino Josué.
Imagínense la carga de ese joven, cuyo pueblo desordenado dependía de él. Dios
le dio un simple consejo que voy a leer: “Solamente esfuérzate y sé
muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley que te mandé. No te
apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas
las cosas que emprendas, y todo te saldrá bien(…) Mi
interpretación, en base a ese mandato, me lleva a votar por la suspensión de la
resolución 125. (Hotton, 2008)
Cobos también ha
realizado otras actividades junto a Hotton. Además de correr varias maratones
[11] , también ha participado como disertante en la Conferencia de Formación de
Dirigentes Políticos, en la Universidad de El Salvador, participando el Pastor
Osvaldo Carnival, titular de la Iglesia Catedral de la Fe, una iglesia con un
explícito perfil religioso-empresarial (Hotton, 2008).
En abril del
2009, Cynthia Hotton lanza su propio espacio político: Valores para mi país. El
lanzamiento contó con el favor de Gabriela Michetti, hasta entonces Vice Jefa
de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los diputados de PRO
Federico Pinedo y Paula Bertol (Abrevaya, 2009). El slogan de su monobloque
será “Identidad, comunidad, solidaridad,
honestidad, compromiso, todo eso le vamos a aportar a la política argentina”. Al
finalizar el encuentro, Hotton aseguró que
El Señor te ayuda a tener un escudo que te defiende,
con lo cual el estar en la política no me ha traído ninguno de todos esos
problemas y esas contradicciones que yo quizás pensaba. (De
Angelis, 2010)
En su discurso
político Cynthia Hotton se presenta desideologizada pero defendiendo valores
bíblicos y eternos. Se sumó a la mayoría automática que defiende intereses del
Grupo Clarín en el Congreso a saber: Sobre el informe “Papel Prensa, la verdad” y la presentación de un proyecto de ley
para dejar sin efecto la Resolución 100/2010 de la Secretaría de Comunicaciones
de la Nación, que dispone la caducidad de la licencia de la empresa Fibertel, empresa proveedora de servicio
de Internet, perteneciente al Grupo Cablevisión del Grupo Clarín (Cámara de
diputados, 2010). El proyecto fue acompañado por Federico Pinedo, Oscar Aguad,
Patricia Bullrich, Gustavo Ferrari, Elisa Carrió, Ricardo Gil Lavedra y Silvana
Giudici. La ACIERA también rechazó la decisión de la Secretaría de
Comunicaciones. Gastón Bruno, vicepresidente de la entidad lamentó que los
usuarios de Fibertel estuvieran "en una situación de desamparo e
incertidumbre", advirtiendo que muchas de las 12.000 organizaciones
federadas en la ACIERA se verán afectadas por esta medida (Pulso Cristiano,
2010).
IX. La primera batalla
En la Argentina,
la sanción de la Ley 26.150 [12] más conocida como “Programa Nacional de Educación Sexual Integral” inauguró la
intervención directa de las tecnologías de género a través de instituciones
representativas de la ideología neocon.
Esta ley tuvo como objetivo reglamentar la enseñanza sexual obligatoria desde
el nivel inicial hasta el superior El mascarón de proa de la alarma moral
fueron las instituciones religiosas fundamentalistas católicas y protestantes.
Las líneas
fundamentalistas de Iglesia católica y evangélica trataron de imponer sus
condiciones y aprovecharon como estrategia avanzar en su armado político y
cultural.
La primera
táctica que desarrollaron fue el bloqueo del tratamiento del tema. Cuando su salida
se mostró inevitable, lograron que varios gobiernos provinciales tardaran en
adherir al proyecto (Abeijón Sarquis, 2010).
Como táctica
postrera se aseguraron una ley a su medida, en especial desde la Iglesia
Católica. Cual arma de cruzada, el catolicismo utiliza su propio libro de
educación sexual (Conferencia Episcopal de Costa Rica, 2009). Editada en 2009,
llamado “Amor y sexualidad”, en seis tomos para uso áulico en colegios. Los
tomos se dividieron en temas y edades de los menores, es decir, el primero se
denomina, “Cuidados, afectos y amor”, para uso en educación de niños de cero a
seis años, el segundo “La edad de la inocencia” de siete a nueve años de edad,
“Descubriendo compañeros y amigos” de diez a doce años. Además está “Compañeros
y amigos”, para niños adolescentes de trece a quince años, “Compañeros, amigos
y novios” de dieciséis a diecisiete años y por último “Colaboradores con la
vida” para jóvenes de dieciocho y más edad.
El escrito legal
propone el derecho de los estudiantes a
recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos. La
categorización de “integral” implica que se entiende a la sexualidad como parte
del ser humano y por lo tanto su tratamiento debe darse en todas las etapas y
fases de la vida. La ley solo formula un marco de contenidos básicos o
principios, donde indica la necesidad de transmitir saberes pertinentes,
precisos y confiables sobre los distintos aspectos de la sexualidad. Además se
anima la promoción de conductas “responsables”
para la prevención de problemas de salud sexual y/o reproductiva. Para
su implementación se dispuso un período de aplicación muy extenso. El Ministerio
de Educación de la Nación había dispuesto de un plazo mínimo de 180 días para
la elaboración de los contenidos curriculares que las provincias debían tomar
como base para luego elaborar sus propios contenidos. A tales efectos, conformó
una Comisión Interdisciplinaria, que estuvo más de seis meses paralizada. Al
mismo tiempo se autorizó una implementación gradual y progresiva, con un plazo
de hasta cuatro años. Pero, estos lineamientos y plazos resultan minúsculos
frente al polémico artículo 5º. El mismo dispone que los contenidos de
enseñanza deban estar en consonancia con los idearios de cada comunidad
educativa. Ésta será la oportunidad para que las escuelas confesionales
elaboren sus propios proyectos.
Para obtener este logro, sacerdotes y pastores pertenecientes a la ACIERA operaron ideológicamente a través de legisladores de PRO. La ACIERA, a través de documentos, mostrará la alianza ideológica con el partido de Mauricio Macri. Por ejemplo el "Manifiesto de la juventud cristiana", presentado en un acto el 15 de septiembre de 2005 en el Salón Mercosur del Senado de la Nación, en Buenos Aires, organizado por la ACIERA y el movimiento juvenil "Pasando la antorcha" (PLA). Este Manifiesto recibió la firma de adhesión de Mauricio Macri, Jorge Enriquez, Eugenio Burzaco, y Patricia Bullrich. De los 14 puntos de la declaración, el más extenso es el dedicado a rechazar las "conductas sexuales no naturales", como la "homosexualidad, lesbianismo" (Pulso Cristiano, 2005). Esta organización religiosa expresará que Mauricio representaba el proyecto de la “educación sexual basada en los valores del reino de Dios” con la familia como principal actor (ACIERA, 2004).
Para obtener este logro, sacerdotes y pastores pertenecientes a la ACIERA operaron ideológicamente a través de legisladores de PRO. La ACIERA, a través de documentos, mostrará la alianza ideológica con el partido de Mauricio Macri. Por ejemplo el "Manifiesto de la juventud cristiana", presentado en un acto el 15 de septiembre de 2005 en el Salón Mercosur del Senado de la Nación, en Buenos Aires, organizado por la ACIERA y el movimiento juvenil "Pasando la antorcha" (PLA). Este Manifiesto recibió la firma de adhesión de Mauricio Macri, Jorge Enriquez, Eugenio Burzaco, y Patricia Bullrich. De los 14 puntos de la declaración, el más extenso es el dedicado a rechazar las "conductas sexuales no naturales", como la "homosexualidad, lesbianismo" (Pulso Cristiano, 2005). Esta organización religiosa expresará que Mauricio representaba el proyecto de la “educación sexual basada en los valores del reino de Dios” con la familia como principal actor (ACIERA, 2004).
Para PRO como
para la ACIERA, la enseñanza sexual debería ser una tarea exclusiva de la familia.
Éste actor social es el agente educador por excelencia. En oposición a la idea
que desde el nivel inicial debe haber educación sexual, su propuesta declara
que debería impartirse a partir del séptimo grado. Así, el proyecto de PRO se focalizaba
a proponer talleres de formación y orientación para padres y docentes (De Luca,
2007).
La Iglesia
católica tomará la delantera editando su propio manual de educación sexual: Educación para el amor (Conferencia
Episcopal Argentina, 2006) Este manual de la tecnología de género ata a la
sexualidad a los principios morales de la familia patriarcal jerárquica
cristiana burguesa y destinada a la procreación. Para la juventud se pregona el
pudor, la virginidad y la castidad. El libro adolece de un fundamento
científico defendiendo una concepción naturalista del tema. Lo femenino se
manifiesta a través de la maternidad, proponiendo a María como ejemplo de
mujer-madre. La mujer tiene como función primordial la procreación y cuidado de
los hijos y la asignación patriarcal dentro de la división del trabajo por
género intra-familia. Es muy interesante que el tema del portador/a de HIV
aparezca en el mismo lugar en el que se desarrolla la homosexualidad. Sobre los
métodos anticonceptivos se exaltan sus peligros y sus ineficacias.
X. La segunda batalla
Pasadas
las 4 de la madrugada del 15 de julio de 2010 se aprobaba en el Senado de la
República Argentina la Ley de matrimonio
igualitario, sin modificaciones. Tras un debate de más de 14 horas, en los
que las certidumbres personales y morales estuvieron atravesadas por los
argumentos políticos y el agiotaje, el proyecto fue votado con 33 votos a
favor, 27 en contra y 3 abstenciones al dictamen de minoría (a favor de la
media sanción de Diputados), tras rechazarse el de mayoría. El debate previo
por la aprobación de esta ley presentó en sociedad una alianza
político-religiosa de oposición a la misma, con modelos copiados del
neoconservadurismo norteamericano. Si bien, como se reseñó, las seducciones
entre políticos y religiosos fundamentalistas no era una novedad en Argentina,
la cobertura mediática de este frente fue más que llamativa.
La militancia de
Cynthia Hotton y sus aliados en contra de la igualación de derechos para las
parejas del mismo sexo le dio la mayor proyección en la opinión pública. Junto
con la senadora miembro del Opus Dei [13], Liliana Negre de Alonso, encabezó el lobby
católico-evangelista en contra de la Ley de Matrimonio Igualitario (La Nación,
2011). Además, pretendió impulsar la aberración de plebiscitar un derecho,
mediante la convocatoria a una consulta popular vinculante.
La presión
ejercida por los neocon argentinos en
contra de la ley hizo que Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia de España [14], una ONG líder que convoca a marchas
moralistas multitudinarias en la península ibérica, viaje hasta la Argentina
para apoyar la presión contra la ley. Después de reunirse con el Departamento
de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina más dirigentes fundamentalistas
evangélicos, se ultimaron detalles para una convocatoria el 13 de julio. Benigno
Blanco fue ex funcionario del gobierno de José María Aznar y es supernumerario
del Opus Dei. En este contexto
siguiendo el discurso del cardenal Jorge Bergoglio, se describirá la
confrontación como “guerra cultural”.
Gastón Bruno, vicepresidente de la ACIERA, al concluir la reunión mantenida con
el español declarará: “La Argentina debe
marchar firme hacia la plenitud de los derechos de todos los ciudadanos, en el
marco de la libertad y la democracia” (Vallejos, 2010)
El apoyo a la
movilización de instituciones confesionales será total: La Universidad Austral
sostendrá un blog sobre matrimonio homosexual y patrocinará un documento con “investigaciones que se han desarrollado en
otros países, principalmente Europa y Estados Unidos” (Hospital
Universitario Austral, 2010) distribuyéndose en el Senado. La Universidad
Católica Argentina de La Plata, aportará presencia con estudiantes de derecho
justificando la ausencia a clases (Vallejos, Op. Cit).
La media sanción
de la ley en diputados obtuvo 125 votos a favor, 109 en contra y 3 abstenciones
(Cámara de Diputados de la Nación, 2010). Todos los bloques políticos se vieron
atravesados por la ley dejando libertad de acción, habiendo votos positivos aún
dentro de PRO. Entre los votos en contra
se encuentran Christian Gribaudo, Gabriela Michetti, Federico Pinedo y Esteban
Bullrich de PRO; Cynthia Hotton del monobloque valores para mi país.
La ley 26.618
que modificó el Código Civil y permite a personas del mismo sexo a contraer
matrimonio fue aprobada en la Cámara de Senadores el 14 de julio de 2010 con 33
votos a favor, 28 en contra y 3 abstenciones (Parlamentario, 2010)
XI. Conclusión
El
neoconservadurismo, con sus teóricos más representativos en Bell o Kristol entre
otros, acusa a la cultura denominada posmoderna la ruptura o dislocación de la
sociedad burguesa. Hay una necesidad de restaurar el orden ante la supuesta
descomposición del sistema de valores burgueses tradicionales. Intentan lograr
sustituir las ideologías que hasta la década del setenta dominaban los debates
en las ciencias sociales y políticas, insistiendo en la necesidad de enarbolar
instituciones respetadas por todos. Pero en esto también van más allá y afirman
que se requiere un consenso moral compartido por todos los miembros de la
sociedad. Bastará un enérgico resurgimiento de valores religioso sacramentales
para evitar la contradicción entre las estructuras socio-económicas y los
valores culturales de hoy día.
En el contexto
argentino, el discurso neoconservador ha reemplazado la ideología por la
conducta en valores. La sociedad argentina se ha desviado maliciosamente en los
últimos tiempos y los daños de la vida cultural se han diluido en todas las
esferas, incluida la política. Los pecados se han vuelto públicos. La Ley de Educación Sexual Integral y la Ley del Matrimonio Igualitario es la
muestra visible de esta decadencia. El cuerpo es en donde se dirime el
pleito.
Cuando se
pronuncian en contra de las ideologías, en realidad lo que se quiere expresar
es que no se está de acuerdo con cierta ideología. Los posicionamientos
políticos-culturales siempre responden a ideologías, a un sistema de
ideas. En su excepcionalismo, entre los neoconservadores
argentinos tiene un profundo significado la religión civil para integrar y
dirigir la emotividad identitaria y la instrumentalización del su modelo
socio-cultural. Ello se potencia aún más con la revitalización de la misma
quiénes, en su crisol doctrinal, ven en la religión civil el elemento ideológico
más efectivo para la coyuntura decadente actual.
La solución está en la reinterpretación de la
memoria histórica cultural, potenciando las tecnologías de género
disfrazándolas de valores naturales y eternos. No se trata de una mera respuesta
cristiana fundamentalista sino de una solución coincidente dentro del recipiente
doctrinal del neoconservadurismo con una alianza político-religiosa, realizando
un ejercicio deconstructivo de la identidad y del modelo socio-cultural. Se observa
como la mejor alternativa actual de dar batalla en aspectos de la vida privada
relacionada con el uso del cuerpo, no así con el uso de los bienes
materiales y/o financieros. La religión, como herramienta discursiva, explica
en mucho las diferencias de valor frente a las cuestiones de género y
sexualidad, elaborando actitudes intolerantes y de rechazo, particularmente
cuando se trata de libertades relacionadas con los usos y decisiones sobre el
cuerpo.
Referencias
[1] Ley 26.150 del año 2006.
[2] Ley 26.618 del año 2010, que modifica
el Código Civil y permite a las personas del mismo sexo contraer matrimonio.
[3]
Entre 1953 y 1954, el senador republicano estadounidense Joseph
McCarthy encabezó una cruzada
anticomunista en Washington, con audiencias a
puertas cerradas en el Senado que quedaron grabadas a fuego por el terror
inquisitorial. En una verdadera
caza de brujas en la que muchos intelectuales de izquierda vieron desmoronarse
sus carreras y en muchos casos sus vidas, McCarthy juzgó a alrededor de 500
sospechosos de ser activistas del comunismo en plena Guerra Fría. Los
interrogatorios incluyeron a funcionarios públicos, artistas, escritores,
intelectuales, empleados de banco y secretarios.
[4] La afinidad electiva es el proceso por
el cual dos formas culturales, religiosas, intelectuales, políticas,
económicas, entran, a partir de ciertas analogías significativas, en un
parentesco íntimo o afinidad de sentido, en una relación de atracción e
influencia recíproca, elección mutua, convergencia activa y reforzamiento mutuo (Lowy, 1999:33)
[5] A principios de 1990, tras la caída del muro de
Berlín, hacía ya años que el socialismo real como sistema económico iba siendo
progresivamente cuestionado o abandonado. Pero es en aquel momento en que, en
ciertos círculos económicos, se intentó formular un listado de medidas de
política económica que constituya un modelo único para la triunfadora economía
capitalista. Este listado serviría especialmente para orientar a los gobiernos
de países en desarrollo y a los organismos internacionales (Fondo Monetario
Internacional y Banco Mundial) a la hora de valorar los avances en materia de
ortodoxia económica de los primeros, que pedían ayuda a los segundos. Mediante un conjunto de reglas, el consenso
de Washington establece, también, un ambiente de transparencia económica. No
sólo porque las normas la contengan de manera ineludible, sino también porque
la misma existencia de un recetario es un espejo al que podemos
mirar a la hora de juzgar la actividad económica de los países (Guitián y
Muns, 1999:18-19)
[6] Luis
Palau nació en Argentina en 1934, en el
seno de una familia católica. Predicador
internacional de gran popularidad en América
Latina, afirma haber nacido de nuevo a los 12 años. Emigró a los
Estados Unidos de América en 1960. Es
autor de 44 libros y folletos, y ha escrito
más de cien artículos, publicados en revistas como Charisma, Christian Herald,
Christian Parenting Today, Christian Reader, Christianity Today, Decision, Discipleship Journal, Focus
on the Family, Moody, The Plain Truth, Persuit, World, World Vision, Worlwide
Challange (Mirenda, 2007).
[7] A.C.I.E.R.A. es una alianza
de denominaciones, congregaciones locales y entidades libremente asociadas con
fines específicos, que reconoce como jerarquías únicas y absolutas al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo, y acepta las Sagradas Escrituras como regla de fe y
conducta. “Como ACIERA queremos lograr una presencia relevante en la
sociedad, siendo reconocida con
igualdad religiosa y que en unidad tenga una voz que declare y se manifieste,
conforme al mensaje bíblico, sobre los grandes temas nacionales y valores que
hacen a la construcción de una Nación sana y próspera” (Aciera,
2010)
[8] La Mesa de Enlace Agropecuaria es
la unión de hecho de las cuatro principales asociaciones nacionales de
empresarios agropecuarios de Argentina:
la Sociedad
Rural Argentina (SRA),
la Federación Agraria Argentina (FAA),
las Confederaciones
Rurales Argentinas (CRA)
y CONINAGRO.
Nace el 12
de marzo de 2008 mediante
una primera reunión de emergencia de las entidades que la constituyen con
motivo de enfrentarse al establecimiento de las
retenciones móviles
a los cultivos de soja, trigo y girasol establecido
debido a los millonarios ingresos por renta diferencial.
[9] Grupo de multimedios más grande de Argentina.
Conformado oficialmente en el año 1999, engloba entre otros medios a los diarios Clarín y La Razón, la empresa Artear (que produce y comercializa El Trece de Buenos
Aires), la operadora de televisión por cable Cablevisión y las señales de cable Todo
Noticias, TyC
Sports, Volver , Magazine, Canal
Rural, Metro, y Quiero
música en mi idioma ,entre otras, junto con decenas de empresas como editoriales,
emisoras de radio, televisión, productoras de televisión, proveedores de
Internet, telecomunicaciones, imprentas gráficas, correo tradicional y
servicios de tercerización.
[10] Proyecto del Poder Ejecutivo Argentino que establece el
régimen de retenciones y crea el Fondo de Redistribución Social (Ministerio de economía y
producción, 2008)
[11]
La Maratón Adidas o la Prueba Aeróbica Edición “Argentina Futura”.
[12]
Establécese
que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en
los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las
jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal. Sancionada el 4 de Octubre de 2006 y
promulgada el 23 de Octubre de 2006 (Senado y Cámara de diputados, 2006)
[13]
El Opus Dei es una institución de la
Iglesia católica fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer.Su misión
consiste en difundir el mensaje de que el trabajo y las circunstancias
ordinarias son ocasión de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de
mejora de la sociedad. El Opus Dei colabora con las iglesias locales,
ofreciendo medios de formación cristiana (clases, retiros, atención
sacerdotal), dirigidos a personas que desean renovar su vida espiritual y su
apostolado. (Opusdei.org.ar)
[14] “El Foro
Español de la Familia está constituido jurídicamente desde sus inicios como una
asociación de asociaciones nacida como fruto del acuerdo entre las principales
organizaciones españolas relacionadas con la familia para crear una plataforma
civil y no confesional que fuese altavoz e instrumento de presencia social del
movimiento asociativo familiar en España y con proyección internacional. (…) El
Foro de la Familia tiene como objetivo fundacional y estatutario defender y
hacer presentes en la sociedad española los intereses y valores de la
institución familiar y por eso trabaja para: Proponer y difundir entre las
fuerzas políticas medidas de política familiar; defender el matrimonio como
institución especifica de alta eficacia social y merecedora de todo respeto y
todo apoyo; defender el derecho de los padres a educar en libertad a sus hijos;
defender la protección de la vida humana como valor inseparable de la familia” (forofamilia.org)
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