Ponencia en las VI Jornadas de Religión y Política en el Centro Cultural Haroldo Conti


El cuerpo como campo de litigio religioso y político

Lic. Alberto Horacio Rodríguez

Licenciado en Sociología, egresado de la Universidad de Buenos Aires. Profesor de Artes Visuales egresado del Profesorado de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón de Buenos Aires. Rector del Centro de Capacitación Técnico Profesional de la Asociación Civil Eirene Armonía Plena de Argentina. Docente del Instituto Superior Juan Amos Comenio.

Correo-e: rodriguezgaley@gmail.com

Resumen

Este artículo propone analizar la disputa cultural actual, consistente en dar sentido a la realidad social sobre el uso del cuerpo. Dos propuestas societales se han expresado al respecto en Argentina y han situado al cuerpo, la sexualidad, la pareja y la familia en el centro del pleito. Para su descripción se propone en una primera aproximación identificar el contexto histórico que define el semblante de uno de los actores de esta disputa: el fundamentalismo neoconservador. En una etapa ulterior, describir los procesos de afianzamiento de dicho actor y la madurez de sus planteos, para luego concluir con un examen de la lógica articuladora y el avance político de sus propuestas en la Argentina. Para ejemplificar estas construcciones se tomará el proceso de desarrollo de la Ley de Educación Sexual Integral y la aprobación de los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral y los prolegómenos alrededor de la Ley de Matrimonio Igualitario, donde se definieron nítidamente las fronteras imaginarias de feministas, laicas/os, liberales y progresistas, por un lado, y las/os neoconservadoras/es y fundamentalistas religiosas/os, por el otro
Palabras clave: Tecnologías de género, afinidad electiva, neoconservadurismo, excepcionalismo.

I. Introducción

Los guerreros tlaxcaltecas recibían un severo entrenamiento militar. Se los sometía a tareas muy agobiantes para fortalecerlos y así alimentar el fuego eterno que se mantenía en ellos. El rito de iniciación como guerreros era la participación en la captura de un prisionero. El cautivo era llevado entonces a los hombres a cargo del sacrificio, que lo mataban extrayéndole el corazón palpitante. Entonces el cuerpo era arrojado por las escalinatas del templo y el corazón latente a los fuegos inmodestos. El cuerpo era dividido entre los muchachos participantes para su consumo ritual: El muslo derecho y el torso correspondían al joven que se había comportado más heroicamente; el muslo izquierdo iba al segundo joven más valiente; el brazo derecho al tercero, y así sucesivamente hasta que no quedaba ninguna porción.
En la Ilíada se narra los acontecimientos ocurridos durante cincuenta y un días en el décimo y último año de la guerra de Troya. Aquiles, enfurecido por la muerte de su amigo Patroclo, obtuvo de su madre una nueva armadura forjada en la fragua de Vulcano. Salió al campo de combate, matando a Héctor. Tomó como botín su cuerpo, arrastrándolo con su carro en torno a los muros de Troya, sin permitir que tuviera los ritos funerales. Sólo cuando Príamo, el padre de Héctor y rey de Troya, vino en secreto a entrevistarse con Aquiles, éste le devolvió el cuerpo del héroe, en uno de los pasajes más emotivos de este poema épico.
Como en la antigüedad, hoy el cuerpo vuelve a ser el escenario de disputas entre los dioses.
Este ensayo se propone analizar la disputa cultural actual, consistente en dar sentido a la realidad social sobre el uso del cuerpo. Dos propuestas societales se han expresado al respecto en Argentina y han situado al cuerpo, la sexualidad, la pareja y la familia en el centro del pleito. Para su descripción se propone en una primera aproximación identificar el contexto histórico que define el semblante de los actores/as enfrentados/as. En una etapa ulterior, describir los procesos de afianzamiento de dichas/es actoras/es colectivas/os y la madurez de sus planteos, para luego concluir con un examen de la lógica articuladora y el avance político de sus propuestas en la Argentina. Para ejemplificar estas construcciones se tomará el proceso de desarrollo de la Ley de Educación Sexual Integral y la aprobación de los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral [1] y los prolegómenos alrededor de la Ley de Matrimonio Igualitario [2], donde se definieron nítidamente las fronteras imaginarias de feministas, laicas/os, liberales y progresistas, por un lado, y las/os neoconservadoras/es y fundamentalistas religiosas/os, por el otro.

II. Política y religión

Durante gran parte del siglo XX, la religión y la política caminaron más separadas que nunca en la Historia. Sin embargo, en un definido momento de sus décadas finales, se produjo una llamativa subversión. La política y la religión volvieron a unirse con una pujanza recordando momentos históricos pretéritos. Alianzas estratégicas entre religión y política pueden manifestarse de diversas maneras, como sucede actualmente en las sociedades iberoamericanas y en otras regiones, en especial en las sociedades monoteístas. Hacia 1975 (…) un nuevo discurso religioso toma forma, no para adaptarse a los valores seculares sino para devolver el fundamento sacro a la organización de la sociedad, cambiándola si es necesario. Este discurso, a través de sus múltiples expresiones, propone la superación de una modernidad fallida a la que atribuye los fracasos y las frustraciones provenientes del alejamiento de Dios... En quince años este fenómeno ha adquirido dimensión universal (Kepel, 1991:14)
¿Cómo comprender un proceso de profanidad y una modernidad religiosa articulándose a través de sus demarcaciones y peculiaridades? ¿Cómo definir, en la actualidad religiosa, de patrones seculares que traspasan diversos campos en nuestras sociedades, registrando la nueva disposición de lo religioso, las singularidades culturales y las particularidades existentes en las diversas formas de acción política?
Habida cuenta que una multiplicidad de investigaciones ha caracterizado con claridad los componentes y alcances de los procesos de yuxtaposición político-religioso (Wynarczyk, 2010; Di Stéfano y Zanatta, 2000; Caimari, 1994; Mallimaci, 1988), el artículo pretende ahondar en un terreno donde se condensan y materializan las instancias de imbricación entre ambas esferas.
En la complejidad relacional de nudos político-religiosos pueden concebirse desde movimientos religiosos que ingresan al espacio público para presionar o realizar demandas al Estado, muchas de ellas sin llegar a la defensa de alguna afinidad político-ideológica, hasta actores políticos que desean legitimarse religiosamente, y buscan presentarse ante la opinión pública rodeados del aura prestigiosa que supone esa legitimidad. El corpus ético y moral de las religiones otorgan un sentido a la acción política. Si nos proponemos como tarea, descubrir el grado de politización o despolitización religiosa, habría que prestar atención a las representaciones sociales que se manifiestan en el campo religioso y cómo desde ellas se niega, se refuerza o se establece una relación de inferencia con la cuestión política.
Percibimos como movimientos políticos van adquiriendo un lenguaje que acumula elementos religiosos. Esta provisión puede encontrarse en dos modalidades: Primero en la transferencia y apropiación de nociones procedentes del lenguaje religioso y en su atribución de continuador en el mundo, en el hoy y ahora de determinada sacralidad. Segundo en el reemplazo y desplazamiento de la sacralidad anteriormente confinada al ámbito de las religiones y condensada, a partir de determinado momento, en la sacralidad política. Para ciertas miradas ancladas en mundos institucionales religiosos estas dos modalidades pueden parecer intromisiones o pretensiones regalistas (Mallimaci y Cucchetti, 2009:129)
Cuando uno analiza en dónde se discute de sexualidad, no hay morales laicas ni partidos políticos que se exhiban ¿y quién aparece entonces? Los grupos religiosos en el espacio público.

III. ¿Sexo o género?

Foucault designa el pasaje de una sociedad soberana a una sociedad disciplinaria como el desalojo de una forma de poder que decide y ritualiza la muerte, a una nueva forma de poder que calcula la vida en términos técnicos de población, salud e interés nacional. Foucault llamará “biopoder” a esa forma de poder productor, impreciso y tentacular (Foucault, 1992: 165). El biopoder produce y reproduce la normalidad y con ello también la diferencia, ambas son  reguladas  y utilizadas  para su propio beneficio,  para legitimarse a sí mismo y legitimar sus mecanismos.
La subjetividad se construye a través de dispositivos, es decir, redes particulares de elementos discursivos y extradiscursivos inscriptos en un juego de poder. En Historia de la sexualidad. La voluntad de saber, Foucault (1992) entiende a la sexualidad como un dispositivo, el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, comportamientos y relaciones sociales, en el despliegue de una tecnología política compleja. La sexualidad deja de ser una propiedad de los cuerpos o algo existente originariamente en los seres humanos y se convierte en un espacio privilegiado de producción de subjetividades, punto de pasaje de relaciones de poder particularmente denso, en virtud de su ubicación privilegiada en la articulación entre las técnicas de poder disciplinarias que construyen al cuerpo como objeto de las relaciones de poder, la anátomo-política; y las técnicas de biopoder que transforman a la población en un problema económico y político, centrado en el cuerpo-especie.
Sin embargo, hay dos cuestiones que destacan la dificultad de utilizar ese modelo en el contexto sexualidad-política posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Además, Foucault interrumpe su genealogía de la sexualidad en el siglo XIX y, si bien se trata de confeccionar un análisis político sobre las prácticas y las identidades sexuales contemporáneas, a pesar de que no podía ignorar la existencia de los movimientos feministas, escogió construir una visión retrospectiva a partir de la sexualidad griega, que usa como hipótesis programática para la definición de las nuevas estéticas de vida.
La invención de la categoría “género” constituye el barrunto de la emergencia de ese tercer régimen de la sexualidad (Preciado, 2007:20). Lejos de ser una elaboración de la agenda feminista de la década de 1960, la categoría de género pertenece al discurso médico de fines de los años 40. Durante el período de la guerra fría, en los Estados Unidos hubo fuertes inversiones destinadas a la investigación sobre el sexo y la sexualidad. Ese tercer modelo se caracteriza no sólo por la transformación del sexo en objeto de gestión política de la vida, sino sobre todo por el hecho de que esa gestión se opera a través de las nuevas dinámicas del tecnocapitalismo avanzado.
El contexto del nacimiento del concepto de género es el macartismo [3], dónde suma a la persecución patriótica contra todo vestigio o sospecha de comunismo, políticas de segregación contra la homosexualidad en tanto forma de antinacionalismo, así como la exaltación de los valores familiares de la masculinidad laboriosa y la maternidad doméstica (D’Emilio, 1993).
En todo el país se extienden decenas de centros de investigación en la estructuración de un objetivo nacional de salud pública. Al mismo tiempo, se inician un grandes estudios cuantitativos sobre la “desviación sexual” que se conoce como ”Sex Variant” y que se prolongará casi veinte años (Terry, 1999:178-218). Es también el momento en que se instaura el uso clínico de las moléculas hormonales, la primera comercialización de estrógenos y progesterona obtenidos a partir de yeguas (Premarin) y luego de forma sintética (Norethindrone), y es, sin duda, el momento en que el Dr.John Money, que tiene a su cargo el área de psiquiatría infantojuvenil del hospital John Hopkins de Nueva York, inventa el concepto de género.
La categoría género de Money es la herramienta de una racionalización de la vida donde el cuerpo no es más que un parámetro. El género es ante todo un concepto necesario para el advenimiento y desarrollo de una colección de técnicas de normalización/transformación de la vida: la fotografía de los “desviados sexuales”, la identificación celular, el análisis y el tratamiento hormonales, la lectura cromosómica, la cirugía transexual e intersexual...
Si el concepto de género inserta una ruptura, es pues porque constituye el primer momento reflexivo de esa economía de construcción del sexo. A partir de entonces, no hay retroceso. La medicina permite que se manifiesten sus fundamentos arbitrarios, su carácter constructivista, y por lo mismo permite nuevas formas de resistencia y de acción políticas. El régimen postmoneyista (Preciado, 2007:23) de la sexualidad no puede activarse sin el tráfico de un enorme flujo de tecnología médica (hormonas, silicona, textos y representaciones, de técnicas quirúrgicas...) es decir, sin una circulación constante de biocódigos de los géneros. En esa economía política del sexo, la regulación, normalización y la diferencia dependen del control, de la reapropiación y el uso de esos movimientos de género. Al hablar de la ruptura que introduce esa categoría de género, no se refiere al pasaje de un canon al otro en expresiones que provoque una forma de discontinuidad drástica. Se trata sobre todo de una superposición de capas en los cuales las diferentes técnicas de escritura de la vida se encabalgan y se reescriben. El cuerpo no es aquí una materia pasiva sino una interface tecno-orgánica, un sistema tecnovivo segmentado y territorializado según diferentes modelos textuales, informáticos, bioquímicos… (Haraway, 2000:162).

IV. Tecnologías de género

La conformación de la identidad personal es una configuración muy compleja en la que intervienen una multiplicidad de factores, desde propensiones individuales hasta la asimilación de diversas facultades originadas en el proceso de socialización y educación, pero evidentemente un elemento importante en la constitución de la subjetividad es la determinación de género, cimiento fundamental sobre el que se organiza la identidad del sujeto.
Usualmente el sentido común considera que el sexo es el factor determinante de las diferencias observadas entre varones y mujeres y que es el promotor de las diferencias sociales existentes entre las personas sexuadas en masculino o femenino. Pese a esto, desde hace unas décadas, se distingue que en la configuración de la identidad masculina o femenina median no sólo factores genéticos sino estrategias de poder, dispositivos simbólicos, psicológicos, sociales, culturales etc., es decir, mecanismos que nada tienen que ver con la genética pero que son condicionantes esenciales para la contextura de la identidad personal. Por ende, se considera que en el sexo permanecen gran parte de las diferencias anatómicas y fisiológicas entre varones y mujeres, pero que el resto pertenecen a la hegemonía de lo simbólico, de lo sociológico, de lo genérico  y que, consecuentemente, los sujetos no nacen resueltamente como varones o mujeres sino que la construcción de género masculinidad o feminidad es la consecución de un largo proceso, de una arquitectura que se va trenzando en interacción con el medio familiar y social.
El desarrollo del concepto tecnología del género de la autora feminista Teresa de Lauretis (2000), desempeña una función privilegiada en esta construcción. Tecnología del género es una noción elaborada a partir de la tesis foucaultiana de tecnologías del sexo. Foucault en el primer volumen de La Historia de la Sexualidad, La Voluntad de Saber, define que la sexualidad no es un impulso natural de los cuerpos sino que El sexo, por el contrario es el elemento más especulativo, más ideal y también más interior en un dispositivo de sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, su materialidad, sus fuerzas y sus placeres (Foucault, 1992:188).
Según Foucault (1992), no se debe concebir la sexualidad como una cuestión privada, íntima y natural sino que es totalmente construida por la cultura hegemónica, es el corolario de una tecnología del sexo, definida como un conjunto “de nuevas técnicas para maximizar la vida” (Foucault, 1992:188), extendida y propagada por la burguesía a partir del siglo XVIII con el objetivo de garantizar la durabilidad de clase y el amparo de su poder. Entre esas tecnologías del sexo engloba Foucault los discursos religiosos, las prácticas legales, el discurso científico o médico etc., en definitiva, una serie de prácticas discursivas narrativas, prescriptivas o prohibitivas. Para la exploración foucaultiana las prohibiciones y las prescripciones o definiciones referentes a la conducta sexual no sólo vedan o reprimen la sexualidad sino que la engendran.
Pues bien, Teresa de Lauretis (2000) habla de tecnología del género, razonando que el género, al igual que la sexualidad, no es una expresión natural del sexo o la formulación de características específicas de los cuerpos sexuados en masculino o femenino, sino que los cuerpos se asemejan a una superficie a esculpir, según los modelos y representaciones de masculinidad y feminidad divulgadas por las formas culturales hegemónicas de cada sociedad según las épocas. Entre las prácticas discursivas preponderantes que actúan como tecnología del género, la autora incluye el sistema educativo, los discursos institucionales,  prácticas de la vida cotidiana, la producción cinematográfica, los medios de comunicación, los discursos literarios, históricos etc. Todas las instrucciones o prácticas que se utilizan en la praxis y la cultura dominante para rotular, especificar, tallar o representar lo femenino o masculino, organizan así que “la construcción del género es el producto y el proceso tanto de la representación como de la auto representación” (Lauretis, 2000:123)
Por su parte, De Lauretis realiza una deconstrucción del lazo entre género y diferencia sexual del sistema sexo-género, dando un paso más hacia la deconstrucción del sujeto moderno, para poder pensar un sujeto no unificado y contradictorio, constituido en el género y en la experiencia de relaciones raciales y de clase (Lauretis, 1989:8).
Lo hará en cuatro proposiciones. La primera de ellas es que el género debe ser entendido como una relación entre entidades preconstruidas como clase, mediante la cual se asigna a una entidad una posición dentro de una clase, y paralelamente, una posición relativa a las otras clases preconstituidas. En segundo lugar, en la representación del género está su construcción, tanto social como subjetiva. El género es producto y proceso de su misma representación y auto representación. Tercero, su construcción se produce en los aparatos ideológicos del Estado, la Academia, el arte e incluso, el feminismo. Es decir, la construcción de género prosigue a través de varias tecnologías de género y discursos institucionales, pero también “...subsisten en los márgenes de los discursos hegemónicos” (Lauretis, 1989:25). Las teorías de Foucault y Althusser que ignoran el género o las que se ocupan de él, tal como el psicoanálisis, siempre “...inspiran, contienen y promueven alguna representación de género” (Lauretis, 1989:26). Así como no hay nada fuera de la ideología, no hay nada fuera del género. En cuarto lugar, la construcción de género es afectada por su propia deconstrucción. Es una advertencia casi metodológica que invita a pensar sobre los términos e intereses que gobiernan cualquier deconstrucción, sobre todo a aquellas que contienen a la mujer en la feminidad (mujer) y reposicionan la subjetividad femenina en el sujeto masculino, ignorando al sujeto emergente, constituido en una multiplicidad de diferencias, en la heterogeneidad material y discursiva.

V. La reacción neoconservadora

El neoconservadurismo se presenta en nuestra sociedad con fachadas variopintas. Es parte vital del denominado posmodernismo pero como contramodernización reaccionaria. Nos ayudaremos con las conclusiones de Enrique Gil Calvo (2003), quien nos ofrece tres modos para comprender la postmodernidad. El primer acercamiento a esta etapa político-cultural-económico se la describe como hipermodernización, o continuación presente de una modernidad pautada en la actualidad por los avances tecnológicos y científicos. Una segunda descripción, se la presenta como antimodernización, que pone en duda las nociones del sujeto, representación o progreso. En tercer lugar aparece como contramodernización, en tanto dos instituciones premodernas vuelven a ocupar el primer plano político-social: la religión y la guerra. Dentro de los ejes de esta última mirada, donde Gil Calvo enfatiza la impronta de época, encajaría la revolución neoconservadora.
Ahondando en esta tercera concepción de la posmodernidad, el neoconservadurismo supone una reformulación del pensamiento conservador, al que no sin razones se ha hecho coincidir con los postulados de la denominada Nueva Derecha: liberal en lo económico y tradicional en lo moral. François Cusset (2005) detecta sus orígenes en la izquierda norteamericana de filiación socialdemócrata, por un lado, y en la obra de Leo Strauss, por otro.  De su amalgama resulta un programa filosófico-político estructurado según tres fundamentos: la creencia en la existencia de un Bien superior; la necesidad de reestablecer un orden social jerárquico; y la exigencia de activar un programa civilizatorio y democratizante en los planos nacional e internacional.
Cusset enumera los casos biográficos de sus ideólogos tales como Norman Podhoretz (2004) o Irving Kristol (1983), experimentando una conversión operada en el contexto la Guerra Fría, lo que confiere a este movimiento de cierta dosis sediciosa. Pero como núcleo duro, más que como reacción ante los devaneos libertarios, el neoconservadurismo se gesta como tendencia anticomunista. Daniel Bell (1976) con aires premonitorios, declara en la década de los cincuenta lo que será el slogan del posmodernismo: “el fin de las ideologías” según Fukuyama (2002), siendo una versión degradada de tal diagnóstico pues Bell (1992) con cierta lucidez describe el agotamiento del ímpetu utópico y la obsolescencia de la emoción como factores de la acción política, así como la convergencia político-funcional que la industrialización supone. No obstante, los sesenta y su impronta agitadora al incorporar una vertiente contracultural, será la que explique el rasgo moralizante que caracteriza al neoconservadurismo, así como su vuelta a la religión.
Pero el concepto medular sobre el que se levanta el movimiento es el de gobernabilidad. El diseño primario comparte en principio el clásico diagnóstico económico del socialdemócrata James O’Connor (1972), según el cual el Estado se enfrenta a la contradictoria tarea de posibilitar la acumulación de capital para obtener a su vez el poder impositivo capaz de asumir las reclamaciones sociales, legitimando así su ejercicio. El problema, según los neoconservadores, es que el aumento de las atenciones sociales que concibe el Estado de bienestar ha ido creciendo hasta un límite que este ya no puede hacerse cargo de las solicitudes de la sociedad. A la baja rentabilidad del sistema proteccionista, se suma la detracción del sobredimensionamiento de los servicios públicos, cuyas responsabilidades por su ineficacia quedan en la nebulosa del entramado burocrático, deslegitimada la noción de autoridad política.
La solución a estos problemas en el ideario neoconservador (neocon) estaría, en primer lugar, por recuperar parte de las directrices neoliberales (anulación de prestaciones sociales universales por focalizadas, privatización de servicios públicos) y, en segundo lugar, restringir los controles de legitimidad democrática del sistema político. Autores como Kristol o Bell intentaban cuidar el componente intervencionista del Estado, llamando a una delimitación de las necesidades sociales para producir un equilibro entre eficacia y equidad. No se presenta un cuestionamiento de la institucionalización de instancias de conocimiento independientes, ajenas al control democrático. Esta solución se ensambla con la preocupación moral, fundamento teórico del neoconservadurismo. Hoy es fácilmente detectar a la  reactivación del fundamentalismo protestante norteamericano con la razón de ser del neoconservadurismo. Alineada con la tesis de la afinidad electiva [4] entre ética y actividad económica capitalista, el movimiento  neoconservador intima en recuperar los principios morales fundacionales en aras de asegurar la continuidad del sistema económico capitalista.

VI. La teología neoconservadora

La afinidad electiva de la ideología neocon hay que buscarla en una colaboración con normas legitimadoras provenientes del ámbito moral-religioso compatibles con la lógica del sistema económico capitalista. Esta combinación entre economía, moral y religión es lo que permite desarrollar una ideología moral y religiosa del capitalismo que coadyuva a investirlo de legitimidad social y cultural.
El credo de la teología neoconservadora (teocon) está formado, en líneas generales, por tres ideas principales (Aguiló Bonet, 2010:18)
En primer lugar, la certeza que Dios y la fe cristiana deben ser actores esenciales de la vida pública, cuyo objetivo principal es la de recristianizar a la sociedad. La táctica es penetrando en todas las esferas y ámbitos posibles los valores tradicionales burgueses, tales como la ratificación de la familia nuclear como auténtico modelo de familia; la rehabilitación de la función tradicional de la mujer como esposa, madre y ama de casa; la imposición de la enseñanza del creacionismo bíblico; la defensa absoluta y encarnizada de la vida humana, a través de la prohibición y condena de prácticas sociales como el aborto y la eutanasia; la impugnación del divorcio, de las relaciones sexuales y afectivas entre personas del mismo sexo, de la prostitución y del uso de métodos anticonceptivos, entre otros.
El excepcionalismo (Lipset, 2000) sería la segunda idea fuerza del movimiento teocon. Por ley natural y voluntad divina una élite social con fuertes lazos eclesiásticos son los elegidos por Dios para la misión mesiánica de extender por el mundo los valores cristianos tradicionales a través de una conversión individual. Veladamente lo que se imponen son la lógica del mercado capitalista y de una democracia elitista.
Dentro del movimiento teocon de Estados Unidos el excepcionalismo toma ribetes nacionalistas: la creencia según la cual Estados Unidos es una nación bendecida y elegida por Dios. En virtud de ello, la nación estadounidense es la que tiene esta misión de imponer la paz, la democracia liberal y la libertad, aún con el uso de la fuerza militar.
Por último, los teocons se oponen frontalmente a los programas económicos y políticos alternativos al capitalismo, tanto a los de inspiración socialista como socialdemócrata (Petrella (1997: 74-82). Desconfían de la intervención gubernamental en los asuntos económicos (modelo neokeynesiano del Estado), excepto en períodos de crisis. En cambio apañan y fomentan la intervención de la religión en el Estado y la economía, legitimando teológicamente el capitalismo neoliberal y el modelo de globalización hegemónica del sistema económico.
La moral económica de los teocon puede verse, en este sentido, como la versión religiosa de la ética de libre mercado emprendida por el neoliberalismo [5]: la ética fundada en la acumulación individual e ilimitada de lucro, la apreciación del individuo a partir de su capacidad de producción y consumo y la ética de la competencia permanente, donde hay una lucha a muerte contra los demás por la defensa de sus propios intereses.

VII.  Poderío económico de los neoconservadores

La estrategia neocon es ejercer su influencia en otras sociedades, como la argentina, a través de diversas redes de organizaciones comunitarias. Una de las consecuencias más importantes de la movilización de este tipo de fundamentalismo consiste en que hoy en día los sectores religiosos conservadores no necesitan tener una organización política para garantizar su influencia en la sociedad. Durante estos años de acercamiento entre la derecha cristiana y el poder, en el país se logró crear una influyente conciencia conservadora, basada en los puntos claves del código de valores, visión social y doctrina exterior fundamentalistas, lo que, debido a su gran presencia en los medios de comunicación y extenso sistema de redes sociales, tiene importantes proyecciones a las instituciones políticas, gobierno y sistema de partidos.
La infraestructura comunitaria de la Derecha Religiosa en Estados Unidos está formada por más compañías de televisión, radioemisoras, múltiples universidades y colegios, las iglesias y organizaciones evangélicas voluntarias (Coalición Cristiana, Coalición por Valores Tradicionales, Focus on the Family, Family Research Council, Concerned Women for America, American Family Association, entre otros). Este sistema de redes socio-culturales y un sólido aparato burocrático permiten a los fundamentalistas protestantes y sus aliados influir en la opinión pública y en las preferencias políticas del electorado, llevando su mensaje fuertemente moralista, basado en la defensa de valores éticos y familia tradicional burguesa, en la necesidad de restaurar el contenido cristiano de la sociedad, y un fuerte nacionalismo. La rigidez de normas éticas de este grupo religioso y la disponibilidad a luchar por una causa justa a veces llevan a los fundamentalistas a justificar la violencia (contra los médicos y clínicas abortistas) y percibir la realidad norteamericana como una constante guerra espiritual.

VIII. El neoconservadurismo en Argentina

Si bien el neoconservadurismo tiene varias décadas de presencia en nuestro país, la emergencia mediática de una alianza político-religiosa es mucho más reciente. Como organización estructural fundante de este posicionamiento ideológico, podemos comenzar analizando la formación de la Fundación Promesa. En 2003, se crea la Fundación Promesa para alentar la participación de cristianos en política (De Angelis, 2010). Arturo Hotton abandona su función de embajador en Bulgaria para recorrer la Provincia de Buenos Aires como candidato a vicegobernador bonaerense del Partido Recrear, acompañando a Hernán Lombardi (Capriata, 2003).  Por su parte, el abogado Arturo Hotton (hijo de Arturo), es el representante en la Argentina de la Asociación Evangelística Billy Graham (AEBG). Cynthia Hotton (hija de Arturo) presentará candidatura por una banca como legisladora en 2007, también representando a Recrear y estando hoy al frente de su propia agrupación política, Valores Para Mi País.
Como diputada, Cynthia Hotton presentó un proyecto para declarar de interés legislativo al “Festival Buenos Aires 2008 con Luis Palau” [6] a realizarse durante el mes de marzo de 2008 en la Ciudad de Buenos Aires, apoyado por la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (A.C.I.E.R.A.) [7], entre otras organizaciones religiosas, y acompañada por legisladores de Propuesta Republicana (PRO) como Federico Pinedo y Julian Obiglio, más Marcelo Amenta (Recrear para el Crecimiento).
En 2005, Palau había estado en la provincia de Mendoza para realizar un festival evangélico siendo recibido en su despacho por el gobernador Julio Cobos. Éste había invitado al predicador para que participara en la Fiesta de la Vendimia de 2005, el más importante suceso turístico y cultural de la provincia de Mendoza. En esa oportunidad, Luis Palau habló de su gran amigo Franklin Graham, hijo del pastor Billy Graham, quien había estado en Mendoza en el 2002 por una campaña similar. En el sitio web de su organización, Franklin Graham se presenta como “el hijo mayor de Billy y Ruth Bell Graham, se desempeña como Presidente y CEO de Samaritan's Purse y de la Asociación Evangelística Billy Graham (Graham, 2010). Siguiendo la línea familiar, de enérgicos lazos con la derecha política y empresarial norteamericana, Franklin Graham se hizo mundialmente conocido como asesor espiritual y confidente religioso del presidente George W. Bush (Graham, 2001).
Julio Cobos volverá a recibir a Luis Palau en su despacho, pero esta vez como vicepresidente, junto a los diputados nacionales Hugo Acuña (Movimiento Popular Neuquino), Cynthia Hotton, Christian Gribaudo y Federico Pinedo. Al día siguiente, el 11 de marzo de 2008, se lanzaba el lock out patronal dirigido por la Mesa de Enlace [8] y apadrinado por el Grupo Clarín [9].
Durante el debate parlamentario por la Resolución 125 [10], la diputada Hotton argumentó en contra de la misma con un texto leído directamente de la Biblia. Cuando el pueblo de Israel fue expulsado de Egipto, estuvo en el desierto durante cuarenta años. Luego de ese lapso llegó a la Tierra Prometida como un pueblo totalmente desordenado. Dios puso al mando a un joven; no llegó Moisés, sino Josué. Imagínense la carga de ese joven, cuyo pueblo desordenado dependía de él. Dios le dio un simple consejo que voy a leer: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley que te mandé. No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas, y todo te saldrá bien(…) Mi interpretación, en base a ese mandato, me lleva a votar por la suspensión de la resolución 125. (Hotton, 2008)
Cobos también ha realizado otras actividades junto a Hotton. Además de correr varias maratones [11] , también ha participado como disertante en la Conferencia de Formación de Dirigentes Políticos, en la Universidad de El Salvador, participando el Pastor Osvaldo Carnival, titular de la Iglesia Catedral de la Fe, una iglesia con un explícito perfil religioso-empresarial (Hotton, 2008).
En abril del 2009, Cynthia Hotton lanza su propio espacio político: Valores para mi país. El lanzamiento contó con el favor de Gabriela Michetti, hasta entonces Vice Jefa de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los diputados de PRO Federico Pinedo y Paula Bertol (Abrevaya, 2009). El slogan de su monobloque será “Identidad, comunidad, solidaridad, honestidad, compromiso, todo eso le vamos a aportar a la política argentina”. Al finalizar el encuentro, Hotton aseguró que
El Señor te ayuda a tener un escudo que te defiende, con lo cual el estar en la política no me ha traído ninguno de todos esos problemas y esas contradicciones que yo quizás pensaba. (De Angelis, 2010)
En su discurso político Cynthia Hotton se presenta desideologizada pero defendiendo valores bíblicos y eternos. Se sumó a la mayoría automática que defiende intereses del Grupo Clarín en el Congreso a saber: Sobre el informe “Papel Prensa, la verdad” y la presentación de un proyecto de ley para dejar sin efecto la Resolución 100/2010 de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación, que dispone la caducidad de la licencia de la empresa Fibertel, empresa proveedora de servicio de Internet, perteneciente al Grupo Cablevisión del Grupo Clarín (Cámara de diputados, 2010). El proyecto fue acompañado por Federico Pinedo, Oscar Aguad, Patricia Bullrich, Gustavo Ferrari, Elisa Carrió, Ricardo Gil Lavedra y Silvana Giudici. La ACIERA también rechazó la decisión de la Secretaría de Comunicaciones. Gastón Bruno, vicepresidente de la entidad lamentó que los usuarios de Fibertel estuvieran "en una situación de desamparo e incertidumbre", advirtiendo que muchas de las 12.000 organizaciones federadas en la ACIERA se verán afectadas por esta medida (Pulso Cristiano, 2010).

IX. La primera batalla

En la Argentina, la sanción de la Ley 26.150 [12] más conocida como “Programa Nacional de Educación Sexual Integral” inauguró la intervención directa de las tecnologías de género a través de instituciones representativas de la ideología neocon. Esta ley tuvo como objetivo reglamentar la enseñanza sexual obligatoria desde el nivel inicial hasta el superior El mascarón de proa de la alarma moral fueron las instituciones religiosas fundamentalistas católicas y protestantes.
Las líneas fundamentalistas de Iglesia católica y evangélica trataron de imponer sus condiciones y aprovecharon como estrategia avanzar en su armado político y cultural.
La primera táctica que desarrollaron fue el bloqueo del tratamiento del tema. Cuando su salida se mostró inevitable, lograron que varios gobiernos provinciales tardaran en adherir al proyecto (Abeijón Sarquis, 2010).
Como táctica postrera se aseguraron una ley a su medida, en especial desde la Iglesia Católica. Cual arma de cruzada, el catolicismo utiliza su propio libro de educación sexual (Conferencia Episcopal de Costa Rica, 2009). Editada en 2009, llamado “Amor y sexualidad”, en seis tomos para uso áulico en colegios. Los tomos se dividieron en temas y edades de los menores, es decir, el primero se denomina, “Cuidados, afectos y amor”, para uso en educación de niños de cero a seis años, el segundo “La edad de la inocencia” de siete a nueve años de edad, “Descubriendo compañeros y amigos” de diez a doce años. Además está “Compañeros y amigos”, para niños adolescentes de trece a quince años, “Compañeros, amigos y novios” de dieciséis a diecisiete años y por último “Colaboradores con la vida” para jóvenes de dieciocho y más edad.
El escrito legal propone  el derecho de los estudiantes a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos. La categorización de “integral” implica que se entiende a la sexualidad como parte del ser humano y por lo tanto su tratamiento debe darse en todas las etapas y fases de la vida. La ley solo formula un marco de contenidos básicos o principios, donde indica la necesidad de transmitir saberes pertinentes, precisos y confiables sobre los distintos aspectos de la sexualidad. Además se anima la promoción de conductas “responsables”  para la prevención de problemas de salud sexual y/o reproductiva. Para su implementación se dispuso un período de aplicación muy extenso. El Ministerio de Educación de la Nación había dispuesto de un plazo mínimo de 180 días para la elaboración de los contenidos curriculares que las provincias debían tomar como base para luego elaborar sus propios contenidos. A tales efectos, conformó una Comisión Interdisciplinaria, que estuvo más de seis meses paralizada. Al mismo tiempo se autorizó una implementación gradual y progresiva, con un plazo de hasta cuatro años. Pero, estos lineamientos y plazos resultan minúsculos frente al polémico artículo 5º. El mismo dispone que los contenidos de enseñanza deban estar en consonancia con los idearios de cada comunidad educativa. Ésta será la oportunidad para que las escuelas confesionales elaboren sus propios proyectos.
Para obtener este logro, sacerdotes y pastores pertenecientes a la ACIERA operaron ideológicamente a través de legisladores de PRO. La ACIERA, a través de documentos, mostrará la alianza ideológica con el partido de Mauricio Macri. Por ejemplo el "Manifiesto de la juventud cristiana", presentado en un acto el 15 de septiembre de 2005 en el Salón Mercosur del Senado de la Nación, en Buenos Aires, organizado por la ACIERA y el movimiento juvenil "Pasando la antorcha" (PLA). Este Manifiesto recibió la firma de adhesión de Mauricio Macri, Jorge Enriquez, Eugenio Burzaco, y Patricia Bullrich. De los 14 puntos de la declaración, el más extenso es el dedicado a rechazar las "conductas sexuales no naturales", como la "homosexualidad, lesbianismo" (Pulso Cristiano, 2005). Esta organización religiosa expresará que Mauricio representaba el proyecto de la “educación sexual basada en los valores del reino de Dios” con la familia como principal actor (ACIERA, 2004).
Para PRO como para la ACIERA, la enseñanza sexual debería ser una tarea exclusiva de la familia. Éste actor social es el agente educador por excelencia. En oposición a la idea que desde el nivel inicial debe haber educación sexual, su propuesta declara que debería impartirse a partir del séptimo grado. Así, el proyecto de PRO se focalizaba a proponer talleres de formación y orientación para padres y docentes (De Luca, 2007).
La Iglesia católica tomará la delantera editando su propio manual de educación sexual: Educación para el amor (Conferencia Episcopal Argentina, 2006) Este manual de la tecnología de género ata a la sexualidad a los principios morales de la familia patriarcal jerárquica cristiana burguesa y destinada a la procreación. Para la juventud se pregona el pudor, la virginidad y la castidad. El libro adolece de un fundamento científico defendiendo una concepción naturalista del tema. Lo femenino se manifiesta a través de la maternidad, proponiendo a María como ejemplo de mujer-madre. La mujer tiene como función primordial la procreación y cuidado de los hijos y la asignación patriarcal dentro de la división del trabajo por género intra-familia. Es muy interesante que el tema del portador/a de HIV aparezca en el mismo lugar en el que se desarrolla la homosexualidad. Sobre los métodos anticonceptivos se exaltan sus peligros y sus ineficacias.

X. La segunda batalla

Pasadas las 4 de la madrugada del 15 de julio de 2010 se aprobaba en el Senado de la República Argentina la Ley de matrimonio igualitario, sin modificaciones. Tras un debate de más de 14 horas, en los que las certidumbres personales y morales estuvieron atravesadas por los argumentos políticos y el agiotaje, el proyecto fue votado con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones al dictamen de minoría (a favor de la media sanción de Diputados), tras rechazarse el de mayoría. El debate previo por la aprobación de esta ley presentó en sociedad una alianza político-religiosa de oposición a la misma, con modelos copiados del neoconservadurismo norteamericano. Si bien, como se reseñó, las seducciones entre políticos y religiosos fundamentalistas no era una novedad en Argentina, la cobertura mediática de este frente fue más que llamativa.
La militancia de Cynthia Hotton y sus aliados en contra de la igualación de derechos para las parejas del mismo sexo le dio la mayor proyección en la opinión pública. Junto con la senadora miembro del Opus Dei [13], Liliana Negre de Alonso, encabezó el lobby católico-evangelista en contra de la Ley de Matrimonio Igualitario (La Nación, 2011). Además, pretendió impulsar la aberración de plebiscitar un derecho, mediante la convocatoria a una consulta popular vinculante.
La presión ejercida por los neocon argentinos en contra de la ley hizo que Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia de España [14], una ONG líder que convoca a marchas moralistas multitudinarias en la península ibérica, viaje hasta la Argentina para apoyar la presión contra la ley. Después de reunirse con el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina más dirigentes fundamentalistas evangélicos, se ultimaron detalles para una convocatoria el 13 de julio. Benigno Blanco fue ex funcionario del gobierno de José María Aznar y es supernumerario del Opus Dei. En este contexto siguiendo el discurso del cardenal Jorge Bergoglio, se describirá la confrontación como “guerra cultural”. Gastón Bruno, vicepresidente de la ACIERA, al concluir la reunión mantenida con el español declarará: “La Argentina debe marchar firme hacia la plenitud de los derechos de todos los ciudadanos, en el marco de la libertad y la democracia” (Vallejos, 2010)
El apoyo a la movilización de instituciones confesionales será total: La Universidad Austral sostendrá un blog sobre matrimonio homosexual y patrocinará un documento con “investigaciones que se han desarrollado en otros países, principalmente Europa y Estados Unidos” (Hospital Universitario Austral, 2010) distribuyéndose en el Senado. La Universidad Católica Argentina de La Plata, aportará presencia con estudiantes de derecho justificando la ausencia a clases (Vallejos, Op. Cit).
La media sanción de la ley en diputados obtuvo 125 votos a favor, 109 en contra y 3 abstenciones (Cámara de Diputados de la Nación, 2010). Todos los bloques políticos se vieron atravesados por la ley dejando libertad de acción, habiendo votos positivos aún dentro de PRO.  Entre los votos en contra se encuentran Christian Gribaudo, Gabriela Michetti, Federico Pinedo y Esteban Bullrich de PRO; Cynthia Hotton del monobloque valores para mi país.
La ley 26.618 que modificó el Código Civil y permite a personas del mismo sexo a contraer matrimonio fue aprobada en la Cámara de Senadores el 14 de julio de 2010 con 33 votos a favor, 28 en contra y 3 abstenciones (Parlamentario, 2010)

XI. Conclusión

El neoconservadurismo, con sus teóricos más representativos en Bell o Kristol entre otros, acusa a la cultura denominada posmoderna la ruptura o dislocación de la sociedad burguesa. Hay una necesidad de restaurar el orden ante la supuesta descomposición del sistema de valores burgueses tradicionales. Intentan lograr sustituir las ideologías que hasta la década del setenta dominaban los debates en las ciencias sociales y políticas, insistiendo en la necesidad de enarbolar instituciones respetadas por todos. Pero en esto también van más allá y afirman que se requiere un consenso moral compartido por todos los miembros de la sociedad. Bastará un enérgico resurgimiento de valores religioso sacramentales para evitar la contradicción entre las estructuras socio-económicas y los valores culturales de hoy día.
En el contexto argentino, el discurso neoconservador ha reemplazado la ideología por la conducta en valores. La sociedad argentina se ha desviado maliciosamente en los últimos tiempos y los daños de la vida cultural se han diluido en todas las esferas, incluida la política. Los pecados se han vuelto públicos. La Ley de Educación Sexual Integral y la Ley del Matrimonio Igualitario es la muestra visible de esta decadencia. El cuerpo es en donde se dirime el pleito. 
Cuando se pronuncian en contra de las ideologías, en realidad lo que se quiere expresar es que no se está de acuerdo con cierta ideología. Los posicionamientos políticos-culturales siempre responden a ideologías, a un sistema de ideas.  En su excepcionalismo, entre los neoconservadores argentinos tiene un profundo significado la religión civil para integrar y dirigir la emotividad identitaria y la instrumentalización del su modelo socio-cultural. Ello se potencia aún más con la revitalización de la misma quiénes, en su crisol doctrinal, ven en la religión civil el elemento ideológico más efectivo para la coyuntura decadente actual.
La solución está en la reinterpretación de la memoria histórica cultural, potenciando las tecnologías de género disfrazándolas de valores naturales y eternos. No se trata de una mera respuesta cristiana fundamentalista sino de una solución coincidente dentro del recipiente doctrinal del neoconservadurismo con una alianza político-religiosa, realizando un ejercicio deconstructivo de la identidad y del modelo socio-cultural. Se observa como la mejor alternativa actual de dar batalla en aspectos de la vida privada relacionada con el uso del cuerpo, no así con el uso de los bienes materiales y/o financieros. La religión, como herramienta discursiva, explica en mucho las diferencias de valor frente a las cuestiones de género y sexualidad, elaborando actitudes intolerantes y de rechazo, particularmente cuando se trata de libertades relacionadas con los usos y decisiones sobre el cuerpo.

Referencias

[1] Ley 26.150 del año 2006.
[2] Ley 26.618 del año 2010, que modifica el Código Civil y permite a las personas del mismo sexo contraer matrimonio.
[3] Entre 1953 y 1954, el senador republicano estadounidense Joseph McCarthy encabezó una cruzada anticomunista en Washington, con audiencias a puertas cerradas en el Senado que quedaron grabadas a fuego por el terror inquisitorial. En una verdadera caza de brujas en la que muchos intelectuales de izquierda vieron desmoronarse sus carreras y en muchos casos sus vidas, McCarthy juzgó a alrededor de 500 sospechosos de ser activistas del comunismo en plena Guerra Fría. Los interrogatorios incluyeron a funcionarios públicos, artistas, escritores, intelectuales, empleados de banco y secretarios.
[4] La afinidad electiva es el proceso por el cual dos formas culturales, religiosas, intelectuales, políticas, económicas, entran, a partir de ciertas analogías significativas, en un parentesco íntimo o afinidad de sentido, en una relación de atracción e influencia recíproca, elección mutua, convergencia activa y reforzamiento mutuo (Lowy, 1999:33)
[5] A principios de 1990, tras la caída del muro de Berlín, hacía ya años que el socialismo real como sistema económico iba siendo progresivamente cuestionado o abandonado. Pero es en aquel momento en que, en ciertos círculos económicos, se intentó formular un listado de medidas de política económica que constituya un modelo único para la triunfadora economía capitalista. Este listado serviría especialmente para orientar a los gobiernos de países en desarrollo y a los organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) a la hora de valorar los avances en materia de ortodoxia económica de los primeros, que pedían ayuda a los segundos. Mediante un conjunto de reglas, el consenso de Washington establece, también, un ambiente de transparencia económica. No sólo porque las normas la contengan de manera ineludible, sino también porque la misma existencia de un recetario es un espejo al que podemos mirar a la hora de juzgar la actividad económica de los países (Guitián y Muns, 1999:18-19)
[6] Luis Palau  nació en Argentina en 1934, en el seno de una familia  católica. Predicador internacional de gran popularidad en América  Latina, afirma haber nacido de nuevo a los 12 años. Emigró a los Estados  Unidos de América en 1960. Es autor de 44 libros y folletos, y ha escrito  más de cien artículos, publicados en revistas como Charisma, Christian  Herald, Christian Parenting Today, Christian Reader, Christianity  Today, Decision, Discipleship Journal, Focus on the Family, Moody, The Plain Truth, Persuit, World, World Vision, Worlwide Challange (Mirenda, 2007).
[7] A.C.I.E.R.A. es una alianza de denominaciones, congregaciones locales y entidades libremente asociadas con fines específicos, que reconoce como jerarquías únicas y absolutas al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y acepta las Sagradas Escrituras como regla de fe y conducta. Como ACIERA queremos lograr una presencia relevante en la sociedad, siendo reconocida con igualdad religiosa y que en unidad tenga una voz que declare y se manifieste, conforme al mensaje bíblico, sobre los grandes temas nacionales y valores que hacen a la construcción de una Nación sana y próspera” (Aciera, 2010)
[8] La Mesa de Enlace Agropecuaria es la unión de hecho de las cuatro principales asociaciones nacionales de empresarios agropecuarios de Argentina: la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y CONINAGRO. Nace el 12 de marzo de 2008 mediante una primera reunión de emergencia de las entidades que la constituyen con motivo de enfrentarse al establecimiento de las retenciones móviles a los cultivos de soja, trigo y girasol establecido debido a los millonarios ingresos por renta diferencial.
[9] Grupo de multimedios más grande de Argentina. Conformado oficialmente en el año 1999, engloba entre otros medios a los diarios Clarín y La Razón, la empresa Artear (que produce y comercializa El Trece de Buenos Aires), la operadora de televisión por cable Cablevisión y las señales de cable Todo Noticias, TyC Sports, Volver , Magazine, Canal Rural, Metro, y Quiero música en mi idioma ,entre otras, junto con decenas de empresas como editoriales, emisoras de radio, televisión, productoras de televisión, proveedores de Internet, telecomunicaciones, imprentas gráficas, correo tradicional y servicios de tercerización.
[10] Proyecto del Poder Ejecutivo Argentino que establece el régimen de retenciones y crea el Fondo de Redistribución Social (Ministerio de economía y producción, 2008)
[11] La Maratón Adidas o la Prueba Aeróbica Edición “Argentina Futura”.
[12] Establécese que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal.  Sancionada el 4 de Octubre de 2006 y promulgada el 23 de Octubre de 2006 (Senado y Cámara de diputados, 2006)
[13] El Opus Dei es una institución de la Iglesia católica fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer.Su misión consiste en difundir el mensaje de que el trabajo y las circunstancias ordinarias son ocasión de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de mejora de la sociedad. El Opus Dei colabora con las iglesias locales, ofreciendo medios de formación cristiana (clases, retiros, atención sacerdotal), dirigidos a personas que desean renovar su vida espiritual y su apostolado. (Opusdei.org.ar)
[14] “El Foro Español de la Familia está constituido jurídicamente desde sus inicios como una asociación de asociaciones nacida como fruto del acuerdo entre las principales organizaciones españolas relacionadas con la familia para crear una plataforma civil y no confesional que fuese altavoz e instrumento de presencia social del movimiento asociativo familiar en España y con proyección internacional. (…) El Foro de la Familia tiene como objetivo fundacional y estatutario defender y hacer presentes en la sociedad española los intereses y valores de la institución familiar y por eso trabaja para: Proponer y difundir entre las fuerzas políticas medidas de política familiar; defender el matrimonio como institución especifica de alta eficacia social y merecedora de todo respeto y todo apoyo; defender el derecho de los padres a educar en libertad a sus hijos; defender la protección de la vida humana como valor inseparable de la familia” (forofamilia.org)

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